Redacción. Mientras la mayoría de las personas lidia con cabellos «difíciles» que pueden ser dominados por un buen estilista, existe una condición extremadamente rara que desafía todo intento de peinado: el síndrome del pelo impeinable, o pili trianguli et canaliculi. Esta afección, que afecta la estructura microscópica del cabello, es prácticamente indomable.
La Dra. Rosa Taberner, dermatóloga y autora del blog Dermapixel, explica la naturaleza del problema. «Es una alteración en la que la sección del pelo es triangular en vez de redonda y, además, tiene una depresión central». Este defecto en el tallo piloso —la estructura de queratina del cabello— provoca que el pelo crezca en direcciones erráticas, imposibilitando el peinado.
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El síndrome pertenece a las displasias pilosas, un grupo de alteraciones del tallo causadas por mutaciones genéticas. Aunque el cabello de los afectados se ve seco y de color claro, no se altera su ritmo de crecimiento ni su cantidad, siendo un cabello fuerte, pero totalmente rebelde.

La Dra. Taberner subraya su rareza: «Hago más de 20 años que me dedico a la dermatología y solo he visto dos casos». Sin embargo, tranquiliza al señalar que, salvo excepciones, no está asociado a otras enfermedades y que podría estar «infradiagnosticado porque es una alteración que no tiene mayores consecuencias».
El diagnóstico se confirma examinando el cabello con microscopio electrónico. Curiosamente, la mayoría de los afectados son niños, y el problema tiende a ser inherente, es decir, presente desde el nacimiento.
Tratamiento
En cuanto al tratamiento, las opciones son limitadas. La dermatóloga menciona que los champús anticaspa con piritiona de zinc y los suplementos de biotina pueden ofrecer una ligera mejoría.
La buena noticia es que el pronóstico es positivo. La Dra. Taberner informa que el síndrome del pelo impeinable tiende a mejorar de forma espontánea con el tiempo. «Tras la adolescencia, los pelos suelen ‘tranquilizarse’ un poco y ponerse en su sitio», asegura.

