Redacción. Si ha notado pequeños puntos oscuros en sus piernas, brazos o rostro que recuerdan a las semillas de una fresa, sepa que no está solo.
Esta condición, comúnmente conocida como «piel de fresa», es muy frecuente y ocurre cuando los folículos pilosos o poros se obstruyen con una mezcla de grasa, bacterias y células muertas.
Aunque no es un diagnóstico médico específico, la apariencia punteada se debe a diversas afecciones, siendo la foliculitis, la queratosis pilaris y la irritación por afeitado las causas más comunes.
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Generalmente, es inofensiva y suele mejorar sin tratamiento, pero establecer una rutina de cuidado es clave para controlarla.

Causas
Uno de los principales desencadenantes es el afeitado, especialmente al usar cuchillas viejas o sin el lubricante adecuado, lo que provoca vellos encarnados. Del mismo modo, la piel seca y la foliculitis (inflamación del folículo) también aumentan significativamente el riesgo.
Hábitos
Evite el agua caliente: Las duchas o baños prolongados con agua caliente eliminan los aceites naturales, provocando sequedad. Use agua tibia.
Hidrate y exfolie con suavidad: Aplique crema hidratante sin conservantes inmediatamente después del baño para sellar la humedad. La exfoliación es el tratamiento principal, pero debe ser suave, limitada a 1 o 2 veces por semana, utilizando productos como el ácido salicílico para destapar los poros profundamente.
Use una navaja afilada: Reemplace las cuchillas después de unas seis afeitadas para garantizar un corte limpio sin irritación.
No se arranque la piel: Manipular o pellizcar las áreas afectadas puede empeorar la condición y causar infecciones.
Para soluciones más duraderas, se puede considerar la depilación láser o la electrólisis, que eliminan el vello desde la raíz, reduciendo la posibilidad de obstrucciones y vellos encarnados.

