Redacción. Dormir con el cabello húmedo o mojado parece inofensivo, pero puede generar consecuencias no deseadas, según expertos en belleza y salud.
La humedad excesiva y prolongada debilita el cabello y lo hace más propenso a la rotura, especialmente cuando se frota contra la almohada durante la noche. El agua vuelve al cabello más elástico y, por lo tanto, más frágil y vulnerable a la rotura por fricción.
La humedad en el cabello antes de dormir genera un cambio brusco en la temperatura corporal, lo que deriva en un incremento de episodios de dolores de cabeza.
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La sobresaturación de líquido provoca la inflamación y contracción repetida de las cutículas capilares, lo que termina por desgastarlas. Además, la humedad constante promueve el crecimiento de hongos y bacterias. Esto puede exacerbar ciertas afecciones y derivar en la aparición de caspa o dermatitis. Las escamas blancas que hacen lucir el cabello sucio muchas veces son consecuencia de los hongos que se reproducen en el cuero cabelludo al dormir con el cabello húmedo.
Impacto
Los efectos del cabello mojado van más allá de la melena y afectan también la piel y el descanso. La Dra. Mona Gohara, dermatóloga y profesora clínica de dermatología en la Escuela de Medicina de Yale, señala que el cabello mojado humedece la almohada.
La piel del rostro, al absorber esta humedad, también absorbe los productos capilares aplicados. Esto podría causar irritación y acné.
Los cambios de temperatura que genera en el cuerpo la humedad del cabello aumentan los espasmos musculares y la tensión, lo que puede derivar en dolores musculares.

Otro inconveniente es la posible interrupción del sueño. Dormir con el pelo mojado puede provocar un descanso insuficiente, lo que aumenta los niveles de cortisol. Estos picos hormonales, a su vez, pueden causar más brotes de imperfecciones en la piel.
Consejos
Si, por alguna razón, una persona no puede secar su cabello antes de acostarse, la Dra. Gohara recomienda seguir estos sencillos pasos para protegerlo y reducir el riesgo:
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Eliminar la humedad con una toalla de microfibra: Secar el cabello tanto como sea posible con una toalla de microfibra. Es crucial eliminar el exceso de humedad.
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Usar moderadamente la secadora: Aplicar el secador de forma moderada para quitar la mayor parte de la humedad. Esto ayuda a prevenir la aparición de bacterias u hongos.
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Proteger con un gorro o turbante: Utilizar una gorra o turbante. Esto evita que el pelo entre en contacto directo con la almohada y la piel.
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Elegir fundas de seda o satén: Reemplazar las fundas de almohada de algodón por unas de seda o satén. Estos tipos de telas son más suaves y causan menos fricción con el cabello.

