REDACCIÓN. El cabello de las mujeres experimenta una montaña rusa durante el embarazo y el posparto debido a la intensa revolución hormonal.
Mientras que la gestación a menudo se traduce en un pelo visiblemente más fuerte, abundante y brillante, meses después del parto, muchas mujeres experimentan una caída capilar repentina y alarmante, un proceso que las dermatólogas califican de natural y temporal.
Las doctoras Cristina Romera y Claudia Bernárdez, tricólogas expertas, explican que el aumento de estrógenos y progesterona durante la gestación es lo que disminuye la caída y prolonga la fase de crecimiento del cabello. Este equilibrio hormonal hace que los folículos que normalmente habrían pasado a fase de caída permanezcan anclados.
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Sin embargo, esta situación es temporal. Tras el parto, los niveles de estrógenos descienden bruscamente, forzando a todo ese cabello acumulado a entrar simultáneamente en la fase de caída. Este fenómeno es conocido médicamente como efluvio telógeno posparto.
Cambios hormonales
La doctora Bernárdez señala que este cambio hormonal se suma al estrés físico y la privación de sueño inherentes al inicio de la maternidad. El efluvio telógeno suele comenzar entre los dos y cuatro meses después del parto. En la mayoría de los casos, dura entre tres y seis meses, sin representar una pérdida permanente.
Para mitigar la intensidad de la caída, las expertas recomiendan a las mujeres enfocarse en un embarazo y posparto saludables, cuidando la alimentación y manteniendo el cuero cabelludo limpio.
La doctora Romera aconseja no espaciar los lavados (ya que el cabello que cae es el que ya estaba destinado a caer) y evitar herramientas de calor excesivas o peinados muy tirantes para no añadir tracción al folículo capilar.



