Redacción. El manicure clásico se reinventa. Esta temporada, el mundo de la belleza se rinde ante una audaz evolución de las tradicionales uñas francesas: el deep french.
Lejos de la sutil línea blanca, esta tendencia maximalista se posiciona como la opción predilecta de celebridades y amantes de la moda que buscan una apariencia impecable, elegante y sumamente refinada.
El deep french se distingue por llevar el borde de color de forma profunda y extendida, ocupando casi la mitad de la superficie de la uña. Su inspiración remite a las uñas extralargas y cuadradas de los años 90. Sin embargo, en su versión moderna, se favorecen formas más afiladas como la almendra o el stiletto. A diferencia del discreto micro french, este estilo busca el protagonismo con una franja ancha y visible incluso a larga distancia.
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La it girl por excelencia, Kylie Jenner, ha sido una de las principales impulsoras de esta moda, luciendo el diseño en diversas ocasiones y consolidándolo como un look seguro para cualquier evento.

Maximalismo
Este manicure alarga y estiliza visualmente los dedos. Así mismo, según los expertos, se alinea con el actual regreso del maximalismo y la estética del main character, donde las uñas se conciben como un accesorio más que debe destacar.
Las características definitorias del deep french van más allá de su longitud (a menudo XXL). No se limita al blanco tradicional, sino que abraza la experimentación con colores vibrantes, texturas metalizadas, glitter o aplicaciones.
Para adoptarlo, basta con solicitar a tu manicurista un «francés profundo» sobre uñas acrílicas o de gel. Aunque pueda parecer arriesgado para algunos, es innegable que esta reinvención de las uñas francesas es una tendencia que, por su potencia visual y elegancia, está marcando la pauta de la temporada.



