Redacción. Dedicamos tiempo y esfuerzo al cuidado capilar: mascarillas nutritivas, aceites de argán o coco e incluso innovaciones como el gua sha capilar, una técnica coreana que promete fortaleza y relajación.
Sin embargo, en medio de esta meticulosa rutina, hay una herramienta de uso diario que a menudo se olvida: el cepillo de pelo.
Utilizamos el cepillo constantemente: para desenredar, estilizar peinados o distribuir sérums. Dada su función diaria y esencial, la frecuencia con la que lo limpiamos es crucial. La acumulación invisible de cabello, aceites naturales, residuos de productos y polvo puede revertir nuestros esfuerzos de cuidado, dificultando que el cabello crezca de forma óptima.
No basta con retirar los pelos sueltos; es imperativo realizar una limpieza profunda para desincrustar la suciedad acumulada. Mantener el cepillo higiénico es tan vital como usar el mejor fotoprotector en la playa.
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Guía rápida
Limpiar tu cepillo es un proceso sencillo que garantiza la salud de tu melena. Aquí te explicamos cómo hacerlo correctamente:
- Retirar el cabello: comienza extrayendo suavemente los pelos enredados con los dedos o con un peine de dientes anchos. Si están muy apretados, usa unas tijeras con sumo cuidado para facilitar la extracción.
- Preparar la solución: en un recipiente, mezcla agua tibia con unas gotas de jabón líquido hasta obtener una espuma ligera.
- Lavado profundo: sumerge el cepillo en la solución. Si tiene base de madera, evita mojarla completamente; utiliza un paño húmedo para esas áreas. Emplea un cepillo de dientes viejo para frotar suavemente entre las cerdas y la base, descomponiendo los residuos adheridos.
- Enjuague y secado: aclara el cepillo bajo el agua, asegurándote de que no quede ningún resto de jabón. Finalmente, déjalo secar al aire colocando las cerdas hacia abajo sobre una toalla limpia.
Al incorporar este simple paso a tu rutina, asegurarás que tu herramienta de belleza no se convierta en una fuente de suciedad, permitiendo que tu cabello crezca fuerte y sano.
