Redacción. Algunas personas asocian el maquillaje con una herramienta para crear filtros y máscaras que esconden la realidad de quien, presuntamente, no se acepta tal y como es, o consideran que la propia industria cosmética ha condicionado la autoestima de las mujeres.
Sin embargo, muchas chicas han encontrado en el maquillaje una oportunidad para realzar sus atributos y, al mismo tiempo, fortalecer su amor propio, especialmente aquellas que han atravesado algún padecimiento.
Es así como surge el maquillaje terapéutico, una práctica que va más allá del resultado estético. La doctora Aurora Guerra Tapia, profesora de Dermatología de la Universidad Complutense y jefa de Sección de Dermatología del Hospital Universitario 12 de Octubre, en España, escribió un ensayo sobre este tema en el que afirma que “las enfermedades de la piel, llamativas a menudo, desagradables frecuentemente, son una barrera hacia la calidad de vida integral, hacia la armonía psíquica”.
De ahí parte el maquillaje como una vía para reforzar la autoestima. La especialista señaló que el acné, la psoriasis, la dermatitis atópica, el vitíligo y la alopecia, entre otras, son enfermedades cutáneas que con mayor frecuencia se asocian a alteraciones psicológicas.
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Adiós a las inseguridades
Y eso lo sabe muy bien la maquilladora profesional y terapeuta Carolina Donelo, quien tiene una gran mancha en un costado del rostro, algo que le generó profundas inseguridades desde su niñez. Incluso llegó a pensar que nadie la amaría.
Sin embargo, su vida cambió en 2007, cuando durante un viaje alguien la maquilló y su mancha quedó casi cubierta. “Cubrir mi mancha fue una muleta que me ayudó a aceptarla (…). Amo mi mancha, me ha dado tanto en la vida. ¿Me la sacaría? ¡Nunca! Es mía, me distingue, me hace diferente”, expresó en una entrevista.
El maquillaje terapéutico consiste en disimular las lesiones cutáneas con el fin de “disminuir la ansiedad, mejorar las relaciones sociales y laborales, y brindar una mejor calidad de vida a los pacientes”. Estos tratamientos requieren cuidados específicos y, por lo general, la asesoría de un experto para lograr un resultado adecuado.
Automaquillaje
“La idea es que los pacientes puedan maquillarse ellos mismos, camuflar esas imperfecciones de forma segura y eficaz, y que se sientan bien”, expresó la semana pasada a Europa Press María Alen, formadora de los laboratorios Pierre Fabre.
Esta compañía busca concienciar a los dermatólogos sobre este nuevo método, orientado a mejorar la calidad de vida de millones de mujeres que experimentan vergüenza, ansiedad u otras alteraciones psicológicas a causa de las lesiones cutáneas.
Esta técnica promueve que las mujeres aprendan a identificar el maquillaje más adecuado para su tipo y condición de piel, de modo que puedan aceptar y reconciliarse con su nueva imagen.
Estos productos presentan características diferentes al maquillaje tradicional, ya que deben ofrecer una mayor cobertura, pero mantener la misma naturalidad. Además, deben ser fáciles de aplicar y retirar, altamente resistentes al agua y permitir que la piel respire. Un detalle fundamental es que sean hipoalergénicos, sin conservantes y dermatológicamente testados.
Fuente: Nueva Mujer.
