Redacción. Al terminar el verano, con su intensa exposición solar, el cloro y la sal, se impone un desafío significativo a la piel, acelerando su proceso de envejecimiento.
Ante la búsqueda de soluciones regenerativas, la Dra. Elena Caride, experta en Medicina Estética y Antiedad, habló con el sitio web Harper’s Bazaar y advirtió sobre mitos y hábitos ineficaces que, lejos de ayudar, pueden generar complicaciones.
Uno de los errores más comunes es creer que la hidratación por sí sola es suficiente. Según la Dra. Caride, la piel requiere una rutina más completa que combine “exfoliación suave y antioxidantes, como la vitamina C”, para reparar el daño solar acumulado. En casos más severos, los tratamientos tópicos deben complementarse con opciones regenerativas, como las infiltraciones de ácido hialurónico no reticulado.
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La experta subraya un principio fundamental: la ausencia de quemaduras visibles no implica que la piel esté a salvo. «El daño solar es acumulativo y silencioso», explica, haciendo de la recuperación post-verano un paso crucial para mitigar el envejecimiento facial.
Papel determinante
Además, la alimentación juega un papel determinante. Una dieta veraniega rica en azúcares, alcohol y grasas favorece la oxidación celular y la glicación. Este proceso daña el colágeno y la elastina, resultando en «flacidez y envejecimiento prematuro», lo que explica la alta demanda de tratamientos para mejorar la firmeza facial en otoño.
Finalmente, la Dra. Caride enfatiza que no todas las pieles necesitan los mismos cuidados. La rutina debe adaptarse al fototipo, edad, patologías y estilo de vida. Aunque ciertos tratamientos intensivos, como el láser o los peelings profundos, deben esperar al otoño, otras opciones de «belleza silenciosa» como el HIFU o la radiofrecuencia facial son aptas para todo el año. La recomendación clave es siempre consultar a un experto para orientar las necesidades de recuperación cutánea.
