Redacción. La influencia de Corea del Sur trasciende el fenómeno del K-pop, que ya ha cautivado a Latinoamérica y las nuevas generaciones.
Este concepto incluye productos, rutinas de limpieza y maquillaje que buscan la estética coreana: piel sana, hidratada y juvenil. La esencia de la tendencia radica en el uso de ingredientes naturales y un enfoque meticuloso que busca aclarar y tersar la piel.
Según la maquilladora y educadora Juanita Marín, la K-Beauty es más que una simple rutina; es un «ritual retomado de los ancestros» que prioriza la salud interna de la piel por encima de la mera vanidad.

Se distingue por añadir pasos cruciales a la limpieza, hidratación y tonificación básicas, como la doble limpieza, la exfoliación, y la inclusión de esencias y sueros. Estos productos están diseñados para penetrar y preparar las capas internas de la piel, maximizando la efectividad de tratamientos posteriores.
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Capas de producto
El secreto del éxito radica en la aplicación por capas, siempre del producto más ligero al más espeso, siguiendo los famosos diez pasos de la rutina coreana. Esta secuencia comienza con la doble limpieza, seguida de la exfoliación y el tónico.
Los pasos intermedios, que potencian la piel, incluyen esencias y sueros. Lo anterior, para luego sellar con hidratación, contorno de ojos, el imprescindible protector solar diario y, al menos una vez por semana, la mascarilla.

