Redacción. La elección de la forma de las uñas es mucho más que una simple tendencia de belleza. Según diversos expertos y psicólogos, este detalle, a menudo subestimado, actúa como un potente indicador de la personalidad, el estado emocional y las prioridades de cada individuo.
Particularmente, las uñas cuadradas, una de las formas más populares, se asocian con rasgos psicológicos muy específicos.
Según Ioana Cristescu, nail artist citada en la revista Telva, las personas que optan por esta forma suelen ser de personalidad tranquila y sociable. Cristescu destaca que la forma cuadrada es inherentemente funcional y práctica, lo que sugiere una valoración por la eficiencia y la simplicidad en la vida diaria de quienes la eligen.
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Liderazgo
Desde la perspectiva de la psicología, esta preferencia por el cuadrado refleja una inclinación por el orden, la claridad y el enfoque en metas concretas. Esta idea es reforzada por el médico Sandip Roy, quien señaló en Medium que el temperamento tranquilo de estas personas se manifiesta en un intento deliberado de ser precisos y lógicos.
Este estilo cognitivo se vincula incluso a formas de liderazgo basadas en la influencia reflexiva y la toma de decisiones bien fundamentada, y no en la imposición directa.
El perfil psicológico se enriquece al considerar otras características, como el ancho. Según Mejor con Salud, las uñas anchas y planas, comunes en la morfología cuadrada, se asocian a personalidades lúcidas y analíticas. Estos individuos «tienden a tener buen juicio, son estudiosos, valoran el pensamiento crítico y suelen tener afinidad por actividades artesanales o creativas», primando la utilidad sobre lo puramente estético.
Impacto emocional
El cuidado de las uñas también tiene un notable impacto en el bienestar emocional. Un estudio publicado en Frontiers in Psychology encontró que la manicura genera un aumento en las emociones positivas, la relajación y la vitalización, junto con mejoras en la autoestima y el estado de ánimo.
La psicóloga clínica Dra. Anna Rodríguez explica: «La manicura es un momento de mindfulness. Es un acto de cuidado personal que nos permite centrarnos, aliviar el estrés y conectar con el presente”. Al igual que la ropa, la forma y el cuidado de las uñas se consideran una herramienta de comunicación no verbal que proyecta rasgos como el autocontrol.
