Redacción. La joven olanchana María José Aguilar Rodas nunca imaginó que su camino profesional la llevaría de los escenarios infantiles a los tribunales de justicia de Honduras, gracias a su esfuerzo y dedicación.
Esta joven desde pequeña era conocida por su carisma y su habilidad para conectar con los más pequeños, convirtiéndose en una animadora destacada en su comunidad. Pero, a pesar del éxito en el entretenimiento, algo dentro de ella la impulsaba a cambiar de rumbo.
En el mes de septiembre, Aguilar Rodas culminó sus estudios en la Carrera de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH)-Cortés con la mención honorífica Cum Laude, un logro que refleja esfuerzo y perseverancia con excelencia académica al obtener 80 % de índice académico de egreso.
Hoy, como abogada, Aguilar Rodas sigue demostrando la misma energía y compromiso que la caracterizaron en su etapa como animadora. Sin embargo, ahora canaliza esa energía en los tribunales, buscando hacer justicia con la misma pasión.
Historia llena de esfuerzo y dedicación
Según Presencia Universitaria, la catracha, gracias al apoyo incondicional de sus padres, quienes hicieron todo lo posible para cubrir sus gastos de alimentación, transporte y vivienda, pudo finalizar con éxito su carrera universitaria.
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Majo, como la conocen sus amigos, dijo al medio universitario que decidió buscar una solución por su cuenta para disminuir la inversión en educación que hacían sus padres. Y, de acuerdo con su experiencia, encontró una oportunidad laboral como animadora infantil, desempeñándose como payasita en la empresa Animaciones Estrellitas.
«Empecé en mi segundo año a raíz de la falta de recursos económicos. Trabajé como payasita de cumpleaños infantiles y terminé de laborar en mi último año de universidad», afirmó
Su historia, marcada por la reinvención y la búsqueda de nuevos horizontes, es un testimonio inspirador. Es una fuente de motivación para aquellos que consideran que cambiar de camino es una opción.
Tras haberse graduado con el título de abogada, Majo ejerce su profesión en la Corte de Apelaciones Penal del Poder Judicial en San Pedro Sula. Pero no se conforma con este logro y su nuevo sueño es especializarse en Derecho Constitucional, convencida de que la educación es el camino para el desarrollo personal y profesional.