Redacción. Sin importar que el sol aún permanezca oculto, el día de Dagoberto Rodríguez inicia. Comienza su mañana en la madrugada, movido por la pasión de informarse y conocer el mundo poco a poco.
Apasionado por la lectura, creyente en Dios y con una voz reconocible en todas las radios hondureñas, el periodista compartió con Diario Tiempo una entrevista para mostrar el otro lado de las noticias, el que nadie ve.
Sus padres, Casimiro Rodríguez y Marta Coello, originarios de Choluteca, le brindaron a Dagoberto y a sus hermanos un futuro mejor del que ellos tuvieron. El periodista hondureño expresó una profunda admiración por la inteligencia de su padre y la dedicación de su madre.
Describió su infancia como pobre, pero feliz, a pesar de momentos amargos como la pérdida de su hermano mientras buscaba el sueño americano. Rodríguez compartió con orgullo que sus estudios son fruto de la educación pública del país. Con los años, ha acumulado un extenso portafolio de logros académicos.
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«Mi mami me incentivó a estudiar, me motivó. Me dijo: ‘Usted tiene que estudiar, tiene que graduarse. El estudio dignifica y el estudio saca adelante a las personas’. Le hice caso a mi madre, que es mi inspiración, y decidí estudiar periodismo», aseguró.
Vocación natural
Aunque se graduó de perito mercantil en el Instituto Central Vicente Cáceres, decidió dejar de lado los números y los libros contables por un micrófono.
«Mi papá era un consumidor de noticias. Él se levantaba en la mañana escuchando las noticias. Era un hombre muy informado; leía todo lo que le caía en mano. Él tenía una radio y, después de trabajar no escuchaba música, escuchaba noticias«, explicó.
El periodista contó que estuvo a punto de convertirse en policía. Sin embargo, la falta de recursos económicos le impidió tomar esa decisión y alejarse de su vocación natural. Agregó que el periodismo le ha dejado un sinnúmero de experiencias que han llenado de gratificación su vida.
«Hay muchas cosas que verdaderamente han marcado mi trayectoria y que me han dado satisfacciones enormes haber estudiado periodismo», aseguró con alegría.
Huracán Mitch: una marca imborrable
A lo largo de su trayectoria, Rodríguez le ha puesto rostro a momentos sublimes de la historia de Honduras. Pero una cobertura noticiosa dejó una marca imborrable en su mente y en su corazón: el huracán Mitch.
«Vi cuando en la colonia 21 de Febrero el cerro se vino. Vi cómo las casas se cayeron. Eso en mí causó un impacto tan fuerte», expresó con semblante serio. Del mismo modo, recordó con tristeza la difícil situación que se vivió en octubre de 1998. El paso de este fenómeno tropical destruyó todo a su paso, incluyendo la vida de muchos compatriotas.
«Cuando me tocó ir a la morgue a ver a las personas que habían muerto, era una cantidad impresionante de cuerpos tirados. Algunas no habían podido ser reconocidas; incluso, vi gente conocida que había muerto ahogada», manifestó con melancolía.
Rodríguez dijo que cubrir el paso del huracán Mitch se convirtió en la «parte más dura de hacer periodismo». En este sentido, detalló que hay muchas historias de este capítulo gris del país que han marcado su corazón, como la de una familia que subió a su techo en busca de auxilio y murió esperando ayuda.
«Lloré muchas veces al ver gente muerta; realmente, ahí los sentimientos para un periodista que está acostumbrado a ver tanta tragedia se intensifican, y ahí se da cuenta de que el periodista también tiene sentimientos», reveló.
Periodista en todas sus vidas
El hondureño afirmó con certeza que, si volviera a nacer, volvería a dedicarse a esta noble profesión.
«Al periodismo le debo lo que soy: mi formación académica y profesional, las satisfacciones que me ha dado. No soy un periodista adinerado, he vivido de mi salario. Pero me ha dejado enormes satisfacciones». sostuvo.
Rodríguez destacó que esta profesión le ha permitido sacar adelante a su familia. «Si existiera la reencarnación, volvería a estudiar periodismo», expresó con una sonrisa.
Premio Álvaro Contreras
Dagoberto Rodríguez fue el acreedor el pasado viernes 23 de mayo del premio Álvaro Contreras, otorgado por el Colegio de Periodistas de Honduras (CPH) por la enorme trayectoria e impacto que ha tenido en el medio.
El hondureño contó cómo se sintió al enterarse de que lo habían elegido para recibir esta honorable distinción, que reconoce sus más de tres décadas de trabajo en medios como Tiempo, La Prensa, El Herald y Radio Cadena Voces, donde hoy es director. «Para mí fue una felicidad enorme», agregó.
«Me quedé en silencio, me quedé callado. No supe qué responderle en ese momento y, sinceramente, se me rodaron las lágrimas. Para un periodista, recibir el premio Álvaro Contreras es la mayor presea, el mayor premio que puede recibir», dijo con entusiasmo.
«En medio de una situación donde el periodismo está siendo duramente acosado, criminalizado desde el gobierno, desde otros sectores, tiene un significado muy especial», aseveró.
Futuro del periodismo
Rodríguez ofreció su opinión sobre el periodismo actual y el propósito que debe tener esta profesión en el país. El comunicador hondureño señaló que hoy en día el periodismo se ejerce con mucha superficialidad.
«No se está profundizando en los temas del país», aclaró, tras añadir que la formación de los periodistas se ha orientado hacia lo tecnológico, lo que los ha alejado de los libros.
También criticó que se ha perdido la rigurosidad en la información, lo que ha llevado al periodismo a caer en noticias falsas. Además, brindó un mensaje a los aspirantes a esta carrera.
«Tres palabras: leer, leer y leer. Le agregaría pasión, rigurosidad y disciplina. Si un joven periodista tiene estas características y aspira a triunfar en esta carrera, no dudo que lo logrará», sostuvo.
Rodríguez, ganador del premio Álvaro Contreras, celebra esta distinción como un compromiso con un periodismo ético y valiente en un momento crítico para Honduras. Recordó su trayectoria marcada por la humildad y el impacto del Mitch, reafirmando su vocación y haciendo un llamado a la sociedad para defender la democracia.