CURIOSIDADES: Alba, la primera transexual en el fútbol femenino de España

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España.- Alba Palacios ha sido la primera transexual española en debutar con un equipo de fútbol femenino a sus 33 años de edad.

Alba, se volvió transexual por iyectarse grandes cantidades de hormonas.

Alba voló. Ya no era Álvaro ni lo volvería a ser nunca más, pero seguía jugando con los chicos por esa inercia romántica que une al ser humano con el balón. Delgada, débil y con cara de adolescente a sus 32 años, un choque con un rival le hizo tomar una decisión que hoy obliga a contar su historia.

“Un día me presenté en el Ramón y Cajal y pedí que me quitaran estas ideas de la cabeza, porque llevaba desde los nueve años así. Pensaba que era una enfermedad”.

Su fútbol también cambió de sexo aquel día. Alba ya sufría esas semanas las consecuencias del tratamiento hormonal que había empezado en marzo de ese año. La carga de estrógenos, la pérdida de testosterona, de masa muscular y ósea, la redistribución de la grasa del cuerpo, las cinco pastillas al día, los hematomas al mínimo golpe.

“Estoy reventada por dentro”, dijo a un medio internacional en el campo de Navalcarbón, sede de Las Rozas C. F., club de la Preferente madrileña.

La Tercera División, que le ha permitido ser la primera mujer transgénero del fútbol español: “Sé que todo este tratamiento me acorta la vida, pero ya me la estaba acortando no siendo Alba”.

Las sustancias y hormonas

Cuando comenzó a hormonarse, Alba jugaba en Tercera Regional, la última categoría del fútbol masculino. Había llegado a Tercera División, pero ahora disfrutaba con sus amigos sin mayor presión que la que se otorga uno mismo.

Alba, en la entrevista con El Mundo.

Le contó a su entrenador que había empezado el proceso y a los dos meses ya lo sufría: “No iba al choque, me daba miedo. En mayo jugué el último partido de liga y en verano me pasó lo de ese torneo. Me hizo ver que no quería jugar más con ellos”.

Su llegada a un equipo femenino

Alba no se había planteado todavía jugar con chicas, pero ese partido cambió su visión. Se metió en internet y buscó el equipo que quedaba más cerca de su casa, y encontró Las Rozas.

“Fui a verlas jugar una tarde y le dije al entrenador que era Alba, una chica transgénero, y que me gustaría entrenar con ellas”. Y la aceptaron.

Alba no se había planteado todavía jugar con chicas, pero ese partido cambió su visión.

Alba sólo quería entrenar con Las Rozas, no jugar. Primero porque sabía que la Federación todavía no le iba a permitir inscribirse en la liga al no llegar a los tres años de proceso.

“Me daba miedo que la gente de la grada dijese algo. No quería problemas”. Hasta que un día, hace un año, fue a jugar un amistoso: “No dormí. Llevaba medio año de tratamiento y estaba muy nerviosa. Me temblaban las piernas. Sólo quería jugar y pasar desapercibida”, contó Alba.

Y cerró: “Yo no elegí ser transexual, tenía una vida casi perfecta y para mí es una putada tener que luchar por jugar en el fútbol femenino”, finalizó.