Redacción. Cada diciembre, sin falta, suena en radios, centros comerciales y listas de reproducción alrededor del mundo. “Feliz Navidad” parece una canción sencilla, casi espontánea, pero detrás de esas dos frases repetidas en español e inglés se esconde una historia marcada por la crisis, la nostalgia y uno de los momentos más difíciles en la carrera de su autor.
Cuando José Feliciano compuso el tema, a finales de los años sesenta, atravesaba una etapa de incertidumbre profesional. Aunque ya gozaba de reconocimiento internacional y había ganado premios importantes, su carrera sufrió un fuerte golpe tras una polémica presentación pública que lo dejó prácticamente vetado en varias emisoras de radio estadounidenses.
Aun así, de ese contexto adverso nació una canción que terminaría convirtiéndose en uno de los villancicos más exitosos de todos los tiempos.
Un éxito inesperado
“Feliz Navidad” se grabó en 1970 y se caracteriza por su estructura mínima: una guitarra, una melodía alegre y una letra breve. Precisamente esa sencillez fue la clave de su impacto global. La canción logró cruzar fronteras culturales y lingüísticas, hasta convertirse en la única obra de un artista latino incluida de forma permanente en el listado navideño de Billboard, donde todavía figura entre las más escuchadas.
Con el paso de los años, artistas de distintos géneros y países la han reinterpretado, desde cantantes pop y baladistas hasta agrupaciones de estilos completamente opuestos, lo que confirma su carácter universal.
Especialistas en la industria musical coinciden en que su valor radica en haber sido una de las primeras canciones navideñas bilingües en alcanzar popularidad masiva en el mercado anglosajón, abriendo camino a la música en español en espacios donde antes no tenía presencia.
La caída antes del clásico
Antes de escribir “Feliz Navidad”, Feliciano ya era una figura destacada. Ciego de nacimiento y criado en Nueva York tras emigrar desde Puerto Rico siendo niño, fusionó influencias latinas con soul, blues y folk. Su versión de “Light My Fire” lo llevó a la cima de las listas y le valió importantes reconocimientos.
Sin embargo, en 1968, una interpretación poco convencional del himno nacional estadounidense durante un partido de la Serie Mundial desató una fuerte controversia. El público y varios medios reaccionaron con dureza, y las consecuencias no tardaron en llegar: cancelaciones, críticas y un marcado descenso en la difusión de su música.
Ese episodio dejó al artista en una posición vulnerable, tanto profesional como emocionalmente.
Nostalgia, familia y raíces
La inspiración para “Feliz Navidad” surgió lejos del ruido mediático. Durante el verano en que trabajaba en un álbum navideño en Los Ángeles, Feliciano se encontró lejos de su familia y de las tradiciones puertorriqueñas que marcaban sus celebraciones decembrinas.
Pensó en las parrandas, en los villancicos cantados de casa en casa y en la calidez de las reuniones familiares. Esa mezcla de alegría festiva y añoranza personal dio forma a una canción que, aunque optimista, encierra un trasfondo profundamente humano.
El propio artista ha reconocido que no esperaba que el tema trascendiera tanto ni que se convirtiera en la pieza más emblemática de su carrera.
Un legado que se repite cada diciembre
Décadas después, “Feliz Navidad” sigue vigente. En 2009, la Academia de la Grabación la incorporó al Salón de la Fama de los Grammy, consolidando su estatus como clásico atemporal.
Más allá de los premios y las cifras, la canción transformó la trayectoria de Feliciano y lo posicionó como un referente histórico de la música latina en el mercado internacional. Cada año, vuelve a sonar como un recordatorio de que, incluso en los momentos más difíciles, pueden nacer las obras más perdurables.
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