Redacción. La cúrcuma, conocida por su color dorado y su uso en la cocina tradicional, ha pasado a ocupar un lugar destacado en la investigación médica por sus propiedades antiinflamatorias y analgésicas.
Su molécula activa, la curcumina, es reconocida como uno de los antiinflamatorios naturales más potentes, capaz de aliviar distintos tipos de dolor en el cuerpo.
Según el médico Sebastián La Rosa, especialista en alimentación, hábitos saludables y bienestar integral, la clave de la curcumina radica en su capacidad de reducir la inflamación, el principal desencadenante del dolor.
“Cualquier proceso inflamatorio puede originar dolor. La curcumina actúa disminuyendo esa inflamación, lo que se traduce en alivio físico”, explica.

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Efectos en el dolor crónico y artritis
La curcumina ha demostrado eficacia en distintos tipos de dolor:
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Dolor postoperatorio: estudios indican que la suplementación con curcumina puede disminuir la intensidad del dolor tras cirugías menores y mayores.
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Dolor crónico: su acción antiinflamatoria la hace útil en molestias asociadas a patologías como la artritis.
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Dolor articular: en pacientes con artritis, la inflamación crónica de las articulaciones genera dolor y limitaciones funcionales. La curcumina bloquea la activación del complejo NF-kB, regulador principal de la inflamación, reduciendo la presencia de células inflamatorias y atenuando el dolor, aunque no siempre mejora la rigidez articular.
El médico señala que, frente a otras alternativas como el cannabis o los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) como el ibuprofeno, la curcumina presenta menos efectos adversos, lo que la convierte en una opción segura para el manejo del dolor.
Mecanismos y combinaciones naturales
La acción de la cúrcuma no se limita a un solo mecanismo. Además de bloquear NF-kB, la curcumina actúa sobre múltiples vías biológicas relacionadas con la inflamación. Su efecto puede potenciarse al combinarla con:
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Enzimas proteolíticas como la serrapeptasa.
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Frutos con taninos antiinflamatorios, como el haritaki.
Estas combinaciones amplifican la reducción de la inflamación y aceleran la mejora de los síntomas dolorosos en articulaciones y tejidos inflamados.
Beneficios adicionales respaldados por estudios
Investigaciones recientes muestran que la cúrcuma ofrece beneficios más allá del alivio del dolor:
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Antioxidante: mejora marcadores de estrés oxidativo y aumenta la capacidad antioxidante total, protegiendo células frente a daño por radicales libres.
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Digestivo: favorece el crecimiento de bacterias intestinales beneficiosas y refuerza la barrera intestinal, siendo útil en dispepsia funcional e intestino irritable.
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Cardiovascular: ayuda a reducir triglicéridos y colesterol LDL, y contribuye a mejorar la presión arterial, con potencial prevención de enfermedades cardiovasculares.
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Neurológico: estudios indican un posible efecto protector frente al deterioro cognitivo asociado a la edad y mejoras en ánimo, ansiedad y depresión mediante el aumento de serotonina y dopamina.
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Metabólico: puede mejorar control glucémico y reducir la resistencia a la insulina, con beneficios para la prevención de diabetes tipo 2.
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Otros: efectos inmunomoduladores, protección hepática y renal, alivio de molestias musculares post ejercicio, y reducción de síntomas ginecológicos.

La cúrcuma y la curcumina se consolidan como herramientas naturales con evidencia científica para aliviar el dolor corporal. Su acción antiinflamatoria y antioxidante actúa en distintos niveles del organismo, siendo útil en dolor postoperatorio, artritis y otros malestares inflamatorios, al tiempo que reduce riesgos asociados a medicamentos farmacológicos tradicionales.
El doctor La Rosa enfatiza que, aunque no reemplaza tratamientos médicos convencionales, la cúrcuma es una alternativa segura, natural y respaldada por estudios para quienes buscan aliviar el dolor de manera integral.
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