Redacción. La Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG) informó que el próximo 15 de mayo comenzará oficialmente la temporada de invierno en el país.
La representante de esta institución, Laura Suazo, expresó al medio de comunicación TN5 que ese es el momento esencial para comenzar con la preparación de la tierra. Del mismo modo, la funcionaria destacó que se registrarán suficientes lluvias en el territorio nacional para el proceso de siembra y cosecha.
«Se nos ha avisado que quedaría regularizado lo que es el invierno. Ya en este momento como productor, en la primera tormenta el terreno se ablanda», resaltó.
De igual manera, Suazo manifestó que este es el momento ideal de preparación en los lugares de siembra en el país. Además, agregó que las primeras lluvias ya se registraron en los departamentos de Choluteca, Valle y Francisco Morazán.
Le puede interesar – El Merendón clama por ayuda: cosechas perdidas por caminos destruidos
La ministra de la SAG explicó que la temporada será favorable para todo el país, con una proyección de producción entre 15 y 16 millones de quintales de maíz. Asimismo, 3 millones de quintales de frijoles y 500 mil quintales de arroz.
Lluvias en mayo
El experto en temas climáticos, César Quintanilla, pronosticó un ambiente húmedo y lluvioso para Honduras durante el mes de mayo, según declaraciones ofrecidas a Diario Tiempo.
Quintanilla detalló que se esperan precipitaciones en aproximadamente 22 días del mes en curso. Sin embargo, enfatizó que estas lluvias no serán continuas, sino que se presentarán de forma intermitente, afectando principalmente las tardes y las noches en diversas regiones del país.
Por otro lado, el experto recordó que la presencia de lluvias durante este período del año es característica del clima hondureño. Asimismo, destacó una condición climática favorable para la nación, ya que actualmente Honduras se encuentra en una fase neutra con respecto a los grandes fenómenos atmosféricos.
Esta fase neutra se debe a la finalización del fenómeno La Niña, que influyó en el clima del país durante los meses anteriores. La ausencia de este fenómeno permite un patrón de lluvias más típico para la época, sin las alteraciones que La Niña pudo haber provocado.