REDACCIÓN. El Volvo C40 no es el primer Volvo eléctrico porque ese honor corresponde a XC40 Recharge, pero sí es el primer Volvo eléctrico sin equivalente en la gama híbrida o de gasolina.
Este auto existe en dos versiones, una llamada Single, con un único motor de 231 CV y la versión Twin, que dispone de dos motores eléctricos, uno sobre cada eje, con una potencia conjunta de 408 CV.
En esencia, el Volvo C40 es un XC40 con una carrocería con la trasera de tipo Coupe, es decir, el tipo de carrocería de moda que las marcas utilizan para ofrecer una segunda alternativa a sus SUV compactos tradicionales.
Teniendo en cuenta que este automóvil es ligeramente más caro que el XC40 en igualdad de potencia y de equipamiento, es evidente que el único motivo para preferir a su «hermano», con el que comparte la plataforma, todo el sistema de propulsión eléctrico y el diseño interior, no es otro que la estética. ¿Es más bonito que el XC40? Eso vamos a dejarlo al criterio de cada uno.
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Dimensiones
El Volvo C40 tiene unas dimensiones muy similares a las del XC40. Mide 4,43 metros de largo por 1,85 de ancho y 1,58 de alto y su distancia entre ejes es de 2,70 metros. Como todos los vehículos eléctricos, uno de sus principales inconvenientes es que es muy pesado, con 2.185 kilos homologados.
Estéticamente no puede ocultar que es un Volvo. Tiene todos los elementos de diseño propios de la marca, con un frontal que en este caso está cerrado, sin parrilla superior, pero con el logotipo de la marca muy presente y con las famosas luces diurnas en forma de Martillo de Thor.
Interior del Volvo XC 40 Recharge Twin
El diseño es minimalista y está condicionado por la presencia de la pantalla de 9 pulgadas en un formato vertical. Este formato gusta por la presentación del navegador y porque se parece mucho más a lo que se encuentra habitualmente en un teléfono móvil.
El C40 es una versión Twin, lo que significa que dispone de dos motores eléctricos de 204 CV, cada uno situados sobre un eje, de modo que mueven el eje correspondiente generando tracción a las cuatro ruedas sin necesidad de que exista un reparto de par entre ejes. La gestión electrónica se encarga de poner en marcha uno u otro motor y de que cada uno ofrezca la potencia puntual que exige con el acelerador.
La aceleración de cero a 100 km/h se consigue en solo 4,7 segundos, una cifra propia de un coche deportivo de altas prestaciones, mientras que la velocidad máxima está limitada a 180 km/h como en el resto de los coches de la marca, que ha apostado en todos sus modelos por esta limitación por cuestiones de seguridad.
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Fuente Coches.net.
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