Internacional. El fentanilo continúa dañando la vida de las personas en todo el mundo, las muertes por sobredosis siguen aumentando, al igual que las detenciones y las cantidades incautadas.
En octubre, la Policía de EEUU arrestó en San Francisco a un hombre sin hogar, condenado por abuso de menores, que había colocado un cartel frente a una escuela en el que ofrecía fentanilo gratis a los que quisieran consumirlo por primera vez.
Además, la Policía anunció la incautación de 10 millones de dosis de varias drogas, entre ellas fentanilo, en una vivienda de Lynn, Massachussets.
«Hay más dosis incautadas en esta casa que personas en Massachusetts», dijo el fiscal federal interino, Joshua Levy. El destino final de esta droga ‘zombi’ es ampliamente conocido, ¿pero cómo llega a las calles de EEUU?
Las autoridades estadounidenses tienen muy clara la respuesta a esa pregunta y afirman que la mayor parte del fentanilo que está matando a los ciudadanos dentro de sus fronteras en la actualidad entra de manera ilegal.
Según ha indicado el Departamento de Justicia de Estados Unidos en un comunicado, hay dos países implicados en la cadena de distribución: China y México.
Para la Administración de Control de Drogas (DEA), en el primero de ellos se producen los químicos necesarios para fabricar la sustancia, mientras que en el segundo se hallan los laboratorios clandestinos donde se produce el fentanilo en sí.
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Sin embargo, México y China han negado dichas acusaciones y este último también ha criticado las acciones que EEUU ha tomado contra sus empresas en el marco de la guerra contra este opioide.
China, el inicio de la cadena
«Las empresas químicas de la República Popular de China producen y venden la mayoría de los precursores químicos que utilizan hoy los carteles de Sinaloa y Jalisco para fabricar fentanilo y metanfetaminas», indica el informe del Departamento de Justicia.
Las autoridades estadounidenses también indican que existen aproximadamente unas 160.000 compañías químicas en el país asiático. En algunas de ellas utilizan etiquetas de carga falsas para enviar sus productos a México, lo que impide rastrear a los clientes.
El papel de México
Según el Departamento de Justicia de EEUU, los cárteles mexicanos controlan la mayor parte de la cadena de suministro de fentanilo a nivel mundial. Desde la producción hasta la distribución.
«Los carteles compran precursores químicos en China, los transportan a México, fabrican el fentanilo y lo convierten en pastillas recetadas falsas», señala la institución.
Posteriormente, «transportan las drogas desde México a EEUU para su distribución».
También destacan que el coste de producción de una pastilla ronda los 10 centavos de dólar, la cual se puede vender entre 10 y 15 dólares en las calles del país norteamericano.