REDACCIÓN. ¡Partidazo en San Pedro Sula! La fiesta del centenario de Marathón iluminó el Estadio Morazán y regaló una noche inolvidable este viernes: A pesar del 1-1 ante Pachuca de México y la posterior derrota 3-5 en los penales, lo importante acabó siendo la pasión en las graderías, los homenajes a leyendas y en el sentimiento ‘verdolaga’ que se desbordó en cada rincón del recinto.
Desde temprano, la afición convirtió el Morazán en un escenario de celebración total. Bengalas, mantas gigantes y cánticos que retumbaron de lado a lado marcaron el inicio de una jornada destinada a honrar los 100 años de historia que el club cumplirá el próximo 25 de noviembre.
Incluso, la entrada del equipo al terreno de juego fue un espectáculo propio de un aniversario histórico. Hubo emoción, orgullo por los colores y una comunión absoluta entre jugadores e hinchas.
La noche también estuvo llena de reconocimientos. Y es que, Marathón reunió en la cancha a figuras que marcaron épocas y que hoy siguen siendo referentes para la institución.
Manuel Keosseián, Juan Obelar y Juan Carlos Weber estuvieron presentes entre los invitados especiales. Además, uno de los momentos más emotivos llegó con la presencia de Mario Berríos, eterno capitán y símbolo verdolaga.
Berríos regresó al césped del Morazán para vestir nuevamente los colores del club. Con algunos destellos que recordaron sus mejores tiempos, disputó minutos cargados de nostalgia antes de salir al 19’, el número que lo acompañó buena parte de su carrera.
Una fiesta verdolaga
La ovación fue total: el estadio se puso de pie para homenajear al jugador que dejó una huella imborrable en la institución y que hoy aporta desde la dirigencia.
Más tarde, la fiesta continuó sin que el balón fuera lo más importante. Cada rincón del estadio respiró historia, identidad y pasión. La afición, protagonista absoluta, convirtió un partido amistoso en un evento único.
Ya en lo futbolístico, Pachuca fue más peligroso en algunos tramos del partido y abrió el marcador al 24′ con una gran jugada individual de Carlos Sánchez, quien dejó atrás a tres rivales antes de definir con zurda ante el debutante Enzo Torres.
Posteriormente, el Marathón respondió pronto: al 33′, Damín Ramírez filtró un pase perfecto para el goleador argentino Nicolás Messiniti, que cruzó su disparo para el 1-1.
En la segunda mitad, ambos equipos realizaron múltiples cambios y el ritmo disminuyó poco a poco. Después, un conato de bronca al 75′ encendió los ánimos, pero no pasó a más.
Ya con el empate, la Copa Centenario se definió en penales y allí Pachuca fue impecable, anotando sus cinco disparos. Marathón marcó tres, pero el fallo de Messiniti sentenció la serie.
Aun así, el resultado quedó en un segundo plano. La verdadera victoria estuvo en la fiesta del pueblo verdolaga, que celebró sus 100 años como solo su afición sabe hacerlo.



