Redacción. Una vez más, el crimen organizado está cobrando un alto precio en la vida de miles de hondureños, empleando nuevos y crueles métodos para la desaparición de personas, según investigaciones de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI).
La DPI reveló que las organizaciones criminales ahora emplean modus operandi diseñados no sólo para obtener ganancias económicas inmediatas, sino también para sembrar un clima de miedo que fortalezca su control territorial.
Las autoridades investigativas señalaron que, en muchos casos, los estafadores ni siquiera tienen en su poder a la persona reportada como secuestrada. Sin embargo, se aprovechan de la desesperación de los familiares para extorsionarlos y exigirles dinero.
Mediante testimonios y datos recopilados de los casos en investigación, la DPI también llegó a la conclusión de que los grupos delictivos primero analizan primero a las víctimas antes de secuestrarlas.
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«Hoy en día muchas organizaciones investigan a las víctimas antes de secuestrarlas, manteniéndolas en cautiverio. En ese momento es cuando contactan a sus familias para exigir pagos a cambio de información sobre su paradero», mencionó la DPI.
Estrategia de extorsión
La DPI aseguró que las exigencias incluyen montos considerables que exceden la capacidad financiera de las familias, lo que agrava su situación y las sumerge en una angustia prolongada.
Ante este tipo de situaciones, recomendó a la población hondureña actuar de inmediato. Es fundamental acudir a las dependencias policiales correspondientes para interponer la denuncia formal de desaparición. Además, deben seguirse los protocolos establecidos para garantizar una respuesta efectiva.
«Es importante destacar que los estafadores suelen realizar un análisis previo de sus posibles víctimas. Para evitar ser blanco de estas actividades, se aconseja no compartir información sensible, como datos bancarios o documentos personales, con personas de confianza», mencionó el portavoz de la DPI.
Asimismo, recomendó ajustar la privacidad en redes sociales, ya que los perfiles públicos pueden ser una fuente de información utilizada para identificar posibles víctimas.
La DPI trabaja activamente para combatir estas prácticas delictivas. A través de unidades especializadas, como la Unidad Nacional Antisecuestros y la Unidad de Respuesta Inmediata, se brinda apoyo integral a las víctimas y sus familias.