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jueves, marzo 28, 2024

COVID-19: víctimas mortales sí pueden ser velados, según Salud

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TEGUCIGALPA, HONDURAS.  De acuerdo a lo expuesto por Panlo Lemir, director forense del Ministerio Público de Paraguay, aunque una persona con COVID-19 esté fallecida el virus permanece en las heces, orina y en los fluidos, por lo tanto, todavía puede propagar.

Ante el riesgo, el cuerpo se debe enterrar y cremar y colocarse en un panteón común. En ese sentido, el experto indicó que si la persona muere en un centro de salud, los profesionales deberán tomar las medidas de prevención necesarias para resguardar su salud.

Posteriormente se procede a introducir el cuerpo en una bolsa mortuoria con todo lo que traía puesto, inclusive los insumos hospitalarios, agregó.

Esta medida no solo se acata en ese país sudamericano, otras naciones europeas también toman las medidas de prevención. Ese es el caso de Italia, cuyo virus ya cobró la vida de más de 5 mil personas. Ahora entierran los restos de los contagiados en fosas comunes.

A la fecha, en Honduras se reportan 30 casos confirmados, según lo reportan las máximas autoridades del país. Sin embargo, se reportan cero muertos a causa de la pandemia.

Pero ¿existen lineamientos para el manejo de cadáver por casos de Covid-19 en Honduras? la respuesta es sí, es por ello que Tiempo Digital te muestra a continuación los pasos a seguir sobre el tratamiento de cadáveres, en caso de que ese escenario se presente en el país.

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COVID-19: Lineamentos para el manejo de cadáveres

La Unidad de Vigilancia de la Secreataría de Salud cuenta con un manual de catorce páginas que describe paso a paso qué hacer con los cuerpos de personas cuya causa de muerte sea el COVID-19.

El citado documento, pese a que su existencia no ha trascendido en el país, es un manual oficial del ente rector de la salud en Honduras.

El mismo, tiene como objetivo garantizar las acciones de bioseguridad para el personal de salud y funerarias que tengan  contacto con cadáveres en ámbitos hospitalarios y extra hospitalarios.

Asimismo, de minimizar la diseminación de infección por Covid-19 asociada con la atención
sanitaria y la convivencia social.

¿Pueden los familiares dar un último adiós al fallecido?

Enmedio de la crisis de la pandemia por COVID-19, se ha especulado que los familiares no pueden ni siquiera despedir a un ser querido que murió a causa del virus.

Sin embrago, según reza el documento, antes de proceder al traslado del cadáver, debe permitirse el acceso de los familiares y amigos para una despedida sin establecer contacto físico con el cadáver ni con las superficies u otros enseres de su entorno o cualquier otro material que pudiera estar contaminado.

No obstante, el cadáver debe ser transferido lo antes posible al depósito después de reportarse la muerte. Y, las personas que  estén en contacto deben usar bata desechable, guantes y mascarilla quirúrgica.

Además, las autoridades de Salud plasmaron en el documento que sí se puede ofrecer servicio de velatorio para el fallecido. No obstante, este será con el ataúd cerrado, y el cadáver al interior de en una bolsa impermeable.

Sobre el cuerpo inerte

Los cuerpos con COVID-19 deben introducirse en una bolsa hermética impermeable para posteriormente introducirlo en el ataúd. Este último, debe reunir las características técnicas sanitarias de resistencia a la presión de los gases en su interior, mantener los líquidos y fluidos por lo que debe ser impermeable.

Una vez que el cadáver esté adecuadamente empacado en la bolsa, se puede sacar sin riesgo para conservarlo en el depósito mortuorio, enviarlo al crematorio o colocarlo en un ataúd para llevarlo al cementerio y realizar el entierro.

Mientras que, las personas que participen en el traslado del cadáver desde la sala o espacio de aislamiento deberán tener capacitación y estar en número suficiente para realizar esta operación minimizando los riesgos.

Traslado al cementerio

Al personal que intervenga en el transporte del cuerpo con COVID-19, se le deberá informar previamente, así como del procedimiento a seguir en el caso de producirse un incidente.

Una vez que finalice el traslado, el vehículo debe ser desinfectado. «La empresa funeraria será la responsable de la adecuada clasificación de los residuos que se puedan generar por parte de los trabajadores de la empresa de servicios funerarios», agrega el documento.

Lo que no se debe hacer 

No se deben realizar actuaciones de limpieza ni intervenciones de higiene ni de cuidado
estético del cadáver. Tras la correcta introducción del cadáver, desinfección y sellado de
la bolsa impermeable, la manipulación exterior de ésta o del ataúd que la contenga no
representa riesgos.

Finalmente, el destino final del cuerpo puede ser entierro o incineración, en las condiciones habituales. Las cenizas pueden ser objeto de manipulación sin que supongan ningún riesgo.

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