TEGUCIGALPA, HONDURAS. Mientras la corrupción en Honduras sigue tomando ventaja durante la pandemia por la COVID-19, en otros países de Centro América han utilizado los presupuestos y donaciones en la construcción de nuevos hospitales.
Parece que las autoridades hondureñas creen que unas cuantas carpas son suficientes para atender a los pacientes contagiados del nuevo coronavirus. Por otro lado, países como Costa Rica y El Salvador ya han empezado a mostrar a sus ciudadanos los frutos del dinero dirigido a contrarrestar la pandemia.
Recientemente, el presidente de Costa Rica, Carlos Andrés Alvarado Quesada, anunció por medio de su cuenta oficial de Twitter cómo se verá el nuevo hospital que inició a construirse durante la pandemia y está a punto de culminarse.
«Así se verá el nuevo hospital Monseñor Sanabria en Puntarenas, el proyecto más ambicioso de la @CCSSdeCostaRica en lo que va del siglo XXI. En medio de la pandemia, nuestro sistema de salud pública continúa su evolución para proteger a todas las personas de nuestro país», escribió el mandatario.
Cabe mencionar que, Costa Rica en uno de los países que mejor frente le han hecho a la COVID-19. En comparación con Honduras la cantidad de muertos y pacientes positivos es abismal, pues Costa Rica solo ha reportado 12 fallecidos por coronavirus y Honduras 358.
Por su parte, Nayib Bukele, el presidente de El Salvador, anunció hoy la inauguración de la primera fase del hospital más grande de Latinoamérica para atender la COVID-19. Asimismo, Panamá cuenta con un hospital solo para atender la pandemia, el Hospital Integrado Panamá Solidario.
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Lo prometido al inició de la pandemia COVID-19
Algo para recordar, es que el Gobierno de Honduras, a pocos días de entrar la COVID-19 al país, aseguraron que iba a realizar muchos proyectos para mejorar el sistema sanitario.
Entre las promesas, dijo que se encargarían de construir hasta 11 hospitales y unas 17 policlínicas. Sin embargo, la población todavía no ve indicios de que vayan a iniciar a construirlos.
Asimismo, las autoridades habían mencionado la construcción de 27 centros integrales de Salud y 40 unidades de atención clínica primaria. Al igual, no existe ni la más mínima señal de que estas construcciones algún día vayan a iniciar, ni siquiera volvieron a mencionarlo.
Todo esto, lo prometieron al menos 10 días antes que en los diputados del Congreso Nacional (CN) aprobaran $ 250 millones «para hacer frente» a la pandemia COVID-19.
Por otro lado, están los famosos hospitales móviles, de los cuales aún no se conoce cuándo llegarán al país. Algunos, supuestamente, llegarán a Honduras hasta diciembre, otros más, los que al parecer habían adquirido en Turquía, quedaron desmentidos.
Mientras que de los famosos hospitales móviles que sí han llegado al país, uno de ellos literalmente sucumbió durante una lluvia. El resto de estas carpas, están al tope de pacientes, ya no se dan abasto, y ni siquiera están realmente equipados. Además, muchos llegaron incompletos y estuvieron en el abandono.
Dinero hubo, pero con mala administración
Los cierto, es que el dinero se ha puesto a disposición, millones que proviene del presupuesto de la República, donaciones, créditos, etc. Sin embargo, los frutos y buen uso de este no se ven.
Muchos sectores resaltan que esto es el resultado de la falta de responsabilidad y profesionalismo de las personas que tenían la tarea de gestionar y utilizar ese dinero en beneficio de los hondureños.
A esto, le sumaron la corrupción con que se manejaron los fondos destinados a combatir la COVID-19, junto a la falta de talento humano que hay ente las autoridades, incapaces de crear una estrategia que genere mejorías. Lo que sí se sabe, es que es el pueblo hondureño el que paga las consecuencias.
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