Redacción. Después de recibir mantenimiento en Miami, Estados Unidos, y una nueva pintura que refleja los colores de las Fuerzas Armadas de Honduras, el Jet Embraer Legacy 600/FAH-001, avión presidencial del Estado hondureño, finalmente no será vendido, confirmó el viceministro de Defensa, Orlando Garner.
La aeronave pasará a formar parte de la flota de la Fuerza Aérea Hondureña (FAH) para usos múltiples, dejando de ser exclusivamente presidencial.
El avión fue adquirido en 2014 por el gobierno del expresidente Juan Orlando Hernández mediante la sociedad ECC Leasing Company Limited, con un costo de 297.8 millones de lempiras, pagados con fondos de la Tasa de Seguridad.
La compra se ejecutó bajo un proceso cuestionado por opacidad y confusión, que incluso requirió una reforma a la ley de contratación del Estado para permitir la adquisición de un bien usado.
La aeronave ya contaba con 2,676 horas de vuelo, lo que confirmaba que no era nueva, y se destinó para uso presidencial.

Mantenimiento millonario
Desde mayo de 2024, el jet se envió a mantenimiento en Estados Unidos y hasta la fecha no ha regresado al país. Datos de la Secretaría de Defensa indican que durante los últimos tres años, la aeronave realizó apenas 27 vuelos.
Durante la administración de Xiomara Castro se utilizó en algunas ocasiones para repatriar a compatriotas fallecidos en el exterior.
El Estado ha invertido millones de lempiras en el mantenimiento del avión, a pesar de su escaso uso. Según el informe “Avión presidencial: un legado de corrupción y despilfarro”, presentado en 2022 por el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA), la nave ha consumido unos L448 millones en mantenimiento desde su adquisición.
De este monto, L260.8 millones fueron destinados a revisiones y conservación, mientras que L29.3 millones se invirtieron en repuestos adquiridos en empresas de Estados Unidos.
Durante 2022, la aeronave recibió mantenimiento por L17.9 millones, mientras que en 2023 la Secretaría de Finanzas autorizó L68.8 millones para cubrir los costos operativos anuales mediante la Resolución 068-2023.

En 2025, Sedena solicitó L66 millones más para pagar a la compañía Optimal Avionics Services, encargada de mantenimiento, capacitación de pilotos, combustible y almacenamiento del Embraer Legacy.
Posteriormente, se aprobaron otros L68.1 millones y una ampliación de L26 millones mediante resoluciones 003-2025 y 069-2025, respectivamente.
Hangar especial
Además, el hangar donde se estaciona la aeronave fue construido especialmente para ella, con un costo superior a L37 millones, financiado con fondos de la Tasa de Seguridad y aprobado por el Consejo Nacional de Defensa y Seguridad (CNDS) de aquel momento.

La remodelación más reciente del avión incluyó un cambio de color: del acabado gris original a un nuevo color acorde a los tonos de la Fuerza Aérea.
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Subasta fallida
Esta modificación generó cuestionamientos, ya que contrasta con la promesa inicial del gobierno de vender la aeronave presidencial, la cual fue un estandarte de campaña de la presidenta Xiomara Castro.
El Estado subastó la aeronave con escasos resultados debido a la opacidad con la que se adquirió en el pasado gobierno.
En junio de 2025, la mandataria explicó que el avión, valorado en 14 millones de dólares, recibió una única oferta de compra por 4 millones de dólares (aproximadamente 105.6 millones de lempiras al tipo de cambio actual).
Castro consideró el monto insuficiente, ya que representaba apenas el 35.5 % del valor de compra y 14.2 % del total invertido.

La inversión total en el jet, sumando compra y mantenimiento, asciende a unos L745.8 millones, reflejando una depreciación que implica una pérdida cercana al 85 % del capital destinado a la aeronave.
¿Por qué no se vendió?
El director ejecutivo de la Dirección Nacional de Bienes del Estado, Luis Sosa, explicó que la venta se ha complicado debido a la falta de documentación oficial de la aeronave.
Entre los documentos faltantes están el contrato de compraventa, certificado de propiedad y bitácoras de mantenimiento. También falta la validación del estado mecánico y las horas de vuelo ante Aeronáutica Civil.
Sosa destacó que la ausencia de estos papeles impide inscribir la aeronave como bien del Estado. Además, dificulta que alcance los estándares mínimos para volverla atractiva ante posibles compradores.

“El avión está sobrevalorado y lejos de ser atractivo. Durante una inspección pude sentarme en él y realmente me causó mala sensación. Creo que se usaba para cosas irregulares”, señaló.
El funcionario enfatizó que sin los documentos detallados del aparato y sus horas de vuelo, no fue posible concretar la venta, independientemente del interés de compradores. Finalmente, el gobierno optó por darle un uso militar al jet y así resarcir el enorme gasto que significó para el país.
Capacitación y regreso al país
El viceministro Orlando Garner confirmó a un medio local que se están capacitando pilotos hondureños para volar la aeronave.
“En este momento está en la fase final de retorno a Honduras con el entrenamiento del piloto y copiloto porque no tenemos ningún piloto certificado para volarlo, según las normas de Fuerzas Armadas”, explicó. Además, dio a conocer que la aeronave acaba de ser renovada, tal y como estipula la póliza del seguro.
El avión está en la fase final de retorno al país, y se espera que a finales de septiembre se integre formalmente a la FAH.

Hasta su integración a la Fuerza Aérea Hondureña, el Jet Embraer Legacy 600/FAH-001 representó un gasto millonario para el Estado, mientras su uso efectivo se limitó a 27 vuelos en tres años y a misiones puntuales de repatriación.
La aeronave deja de ser un bien exclusivo presidencial y pasa a la flota militar, poniendo en evidencia la magnitud del gasto público frente al limitado aprovechamiento operativo que tuvo durante más de una década.
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