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martes, abril 23, 2024

Costocondritis, dolor intenso en el pecho confundido con infarto

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La costocondritis es una patología que produce un dolor intenso en el pecho que tiende a confundirse con situaciones de gravedad o urgencia. Por ejemplo, suele requerir un diagnóstico diferencial con un cuadro de origen cardíaco o pulmonar.

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También recibe el nombre de síndrome costoesternal. Lo que ocurre es una inflamación en la zona de unión de las costillas. El problema no solo es la facilidad para confundirla, sino que además, el dolor puede llegar a ser muy potente.

¿Qué es la costocondritis?

La costocondritis es un proceso inflamatorio que se produce en el cartílago que conecta las costillas. También puede afectar a la unión entre el esternón y las costillas o el esternón y las clavículas.

Según explica un estudio publicado en la revista Nursing, casi un tercio de los pacientes que acuden a urgencias por dolor torácico sufren costocondritis. Este dato es de los más relevantes, ya que indica la facilidad con la que puede confundirse con otras. Por ejemplo, con patologías cardíacas o pulmonares.

También puede confundirse con fracturas de costilla, alteraciones de la columna vertebral o lesiones del hombro. La razón es que la costocondritis puede variar en su localización. Lo más usual es que se produzca solo en un lado del tórax.

Es importante recalcar que esta patología es autolimitada. Es decir, de forma general se resuelve por sí sola en cuestión de semanas o meses. El dolor que se produce puede aparecer tanto en reposo como durante los movimientos y no suele haber tumefacción.

La confusión de esta patología con otras más graves complica el trabajo en las guardias al presentarse los pacientes con la molestia.
La confusión de esta patología con otras más graves complica el trabajo en las guardias al presentarse los pacientes con la molestia.

Síndrome de Tietze

El síndrome de Tietze es una forma especial de costocondritis. Lo que ocurre es que el dolor aparece aislado y se localiza en el segundo espacio intercostal o en el tercero.

La inflamación que se produce da lugar a una tumefacción que es visible a simple vista. En algunos casos puede incluso aparecer enrojecimiento en la zona. El dolor es intermitente.

El problema es que este proceso puede dañar el nervio intercostal que se sitúa en ese espacio. Ese nervio inerva un territorio extenso corporal que incluye músculos intercostales y otros situados en la espalda. Por eso, cuando se daña acarrea contracturas musculares en diferentes lugares.

¿Cuáles son sus causas?

Según explica un artículo publicado en Protocolos Terapéuticos de Urgencias Pediátricas, la costocondritis no es una patología exclusiva de los adultos, sino que también puede afectar a los niños. En la mayoría de casos, tanto en la infancia como en la edad adulta, no se conoce la causa exacta.

Sin embargo, tal y como explican los especialistas de la Clínica Mayo, es más frecuente que ocurra en mujeres mayores de 40 años. Por el contrario, el síndrome de Tietze suele afectar a adultos jóvenes o adolescentes.

Una de las causas más frecuentes son los traumatismos. Cualquier golpe que se produzca en la zona puede dar lugar a un proceso inflamatorio. Del mismo modo, forzar la caja torácica también. Por ejemplo, al toser fuerte durante mucho tiempo.

Hay otros procesos patológicos y enfermedades que se asocian a la costocondritis. La artritis reumatoide o la artrosis, cualquier infección que se extienda y afecte a la unión condrocostal y los tumores pueden ser metástasis que se alojen en la zona, procedentes de un tumor maligno de mama o de pulmón.

Síntomas de la costocondritis

Un estudio publicado en la Revista de la Sociedad Española del Dolor explica que la costocondritis se caracteriza por un dolor torácico intenso. Suele aparecer en la zona anterior del pecho e irradiarse por la región esternal. El problema, como hemos ido señalando, es que este dolor puede confundirse con otras patologías, como el infarto de miocardio.

Esto se debe a que a veces se extiende hacia la espalda, el cuello o el abdomen. Cuando se intenta palpar la zona de la lesión, la molestia aumenta. Además afecta a varias costillas diferentes, lo que incrementa la zona de sensibilidad.

No obstante, la localización más frecuente es junto al esternón, cerca del sexto espacio intercostal. En el síndrome de Tietze es más superior, cercano a la segunda costilla. En estos casos suele haber problemas respiratorios, ya que el hecho de intentar inspirar agrava el dolor.

Diagnóstico de la costocondritis

Cuando alguien acude a urgencias con un dolor torácico es fundamental hacer un buen diagnóstico diferencial. El problema es que no existe una prueba específica para diagnosticar la costocondritis.

El electrocardiograma se realiza para el diagnóstico diferencial y así descartar patologías cardiovasculares.
El electrocardiograma se realiza para el diagnóstico diferencial y así descartar patologías cardiovasculares.

De ahí que, en primer lugar, sea básico realizar una buena historia clínica e identificar los factores de riesgo de esa persona. Además, se pueden realizar pruebas complementarias que ayudan a descartar otras etiologías.

El electrocardiograma es útil para conocer la actividad eléctrica del corazón. También se puede indicar una radiografía para descartar que haya fracturas costales o problemas pulmonares. La exploración física es básica. Si alguien presenta dolor torácico y hay tumefacción cercana a la segunda costilla, puede orientar hacia un síndrome de Tietze.

Otras pruebas de imagen, como la resonancia magnética o la tomografía computarizada pueden ser de ayuda. Sin embargo, debido a su elevado coste y riesgo de irradiación, se deben reservar para casos en los que existan dudas.

¿Cómo se trata?

Según explican los especialistas de Rady Children’s, la costocondritis puede producir un dolor muy intenso, pero suele ser inofensiva. En la mayoría de los casos esta molestia desaparece en una o varias semanas.

Por ello, el tratamiento suele basarse en reducir el dolor mediante diferentes medicamentos. Los más empleados son los antiinflamatorios no esteroideos, como el naproxeno o el ibuprofeno. No obstante, pueden no ser suficientes para paliar las molestias.

De ahí que, en algunos casos, se recurra a fármacos con mayor potencia. Por ejemplo, puede combinarse el paracetamol con ciertos tranquilizantes, como la oxicodona. El problema es que los efectos secundarios de estos fármacos son frecuentes y se prefiere reducir su uso, ya que pueden dar lugar a dependencia.

Cuando la costocondritis se cronifica y el dolor se hace permanente en el tiempo, puede ser necesario recurrir a medicamentos para el dolor crónico. Los más empleados son la gabapentina y la amitriptilina.

Fuente: Mejor con Salud.


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