Redacción. A sus 20 años, el joven Manuel Torres enfrenta una realidad que no figuraba en sus planes de vida y que demuestra lo difícil que es emprender en Honduras.
Luego de ahorrar durante años para montar un carwash en su comunidad, hoy se encuentra al borde de darle fin a su sueño de niño. La falta de clientes, las deudas acumuladas y la escasa actividad económica en la zona lo tienen contra las cuerdas.
“No hay trabajo, no entran carros y, a veces, no entra ni un solo carro”, relató con voz apagada a un comunicador local.

El pequeño negocio está ubicado cerca del Batallón de Infantería de Santa Rosa de Copán, donde cada mañana, desde temprano, Manuel abre con la esperanza de ver llegar al menos un vehículo.
Su camino comenzó a los 14 años, no por obligación, sino por vocación. En lugar de buscar distracciones, se metió a trabajar con lavadores experimentados. Aprendió desde cero a lavar carrocería, motor y hacer limpieza profunda de todo tipo de vehículos.
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A los 20 se animó a emprender por cuenta propia. Pero el entusiasmo choca a diario con un entorno que no responde.
“Mi sueño es que se llene esto de carros. Yo quiero trabajar, pero necesito que la gente me dé la oportunidad”, contó resignado. Aun así, insiste en no rendirse.
“Si son de buen corazón, échenme la mano. Traigan su carro, yo se los dejo al 100, bien chainiados”, aseguró el joven soñador desde su humilde local.

Además de pedir el respaldo de la comunidad, envió un mensaje a quienes pasan por lo mismo en sus negocios. “No se rindan, busquen su propio negocio. Aunque cueste, hay que intentarlo”.
Manuel no busca donaciones, únicamente quiere trabajar y demostrar su calidad. Quienes deseen apoyarlo pueden contactarlo al 8993-0796.