La costumbre de despertarnos temprano es considerada como un buen hábito no solo para hacer más provechosos nuestros días, sino también para reducir el estrés y algunos síntomas de la depresión.
Puede que la palabra «madrugar» la veamos como una acción difícil de llevar a cabo debido a que durante gran parte de nuestras vidas ha sido algo obligatorio, pero si queremos que nuestro cuerpo y mente estén sanos, lo ideal es empezar a darle una concepción positiva a la palabra. Además, levantarnos temprano no significa reducir nuestras horas diarias de descanso, sino todo lo contrario: ajustar nuestro reloj biológico para sacarle el máximo provecho a las primeras horas del día.
Te estarás preguntando qué beneficios reales tiene el hábito de levantarse temprano, así que a continuación te dejaremos una lista muy corta así como algunos trucos para que puedas lograrlo. ¡Empecemos!.
Busca una motivación
Para empezar a cambiar tus hábitos de sueño, es necesario que tengas algunas metas que cumplir, de esa forma te verás motivado a trabajar por ellas. Esas metas pueden ser salir a caminar antes de empezar a trabajar, dedicar treinta minutos en la mañana a ese proyecto que tanto quieres desarrollar, adelantar ese libro que te tiene en ascuas.
Puedes enfocarte en leer libros (o escuchar un audiolibro) para que tu mente se vaya relajando hasta que duermas. Asimismo, intenta no ingerir comidas muy pesadas o cafeína después de las 6 p.m., no revisar tus redes sociales -ni nada en tu celular a menos que sea necesario- antes de dormir, evita también acostarte con el televisor encendido porque la luz azul puede afectar tu ritmo circadiano.
Crea una rutina para irte a la cama
Acuéstate alrededor de la misma hora todas las noches e intenta dormir esas 6-8 horas diarias que tu cuerpo necesita para descansar; para esto puedes intentar dormirte todas las noches a la misma hora. Esta rutina forma parte de lo que mencionamos antes como «higiene
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Organiza tu día la noche anterior
Ser productivo no se resume nada más a despertar temprano, sino a saber cómo administrar tu tiempo. Para ello, lo ideal es que la noche anterior realices una lista de cosas que harás al día siguiente. Tal vez al principio será más difícil, pero puedes fijar como primera meta de la mañana el salir de cama. Una vez lo hagas puedes premiarte con alguna pequeña actividad antes de empezar con tus labores.
Empieza el día con energía y disposición
Puede que esto suene bastante obvio, pero es algo que debes tomar muy en cuenta si deseas crear este nuevo hábito. Acuéstate temprano y sal de la cama en el momento en el que suena tu alarma. Puedes darte una ducha y/o iniciar tu mañana con una sesión de ejercicios que no te dejen exhausto, sino que, al contrario, te llenen de vitalidad.
Todo es cuestión de ser paciente con nosotros mismos, establecer metas claras y recordar que podremos llegar a donde nos lo propongamos.
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