REDACCIÓN. Las políticas migratorias en Estados Unidos han generado preocupación entre las comunidades extranjera.
Desde la administración de Donald Trump, el temor a las deportaciones masivas ha llevado a algunas personas en situación irregular a considerar salir del país por decisión propia para evitar una expulsión forzada. No obstante, especialistas en derecho migratorio advierten que esta decisión puede acarrear consecuencias legales graves.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), bajo el liderazgo de Kristi Noem, destinó 200 millones de dólares a una campaña publicitaria con el propósito de persuadir a los migrantes en situación irregular de que abandonen Estados Unidos. De acuerdo con la funcionaria, quienes salgan por voluntad propia podrían incrementar sus probabilidades de regresar con un estatus legal.
A pesar de esto, expertos en inmigración cuestionan la veracidad de esta afirmación, señalando que las restricciones pueden impedir el reingreso de quienes opten por la autodeportación. Las actuales leyes migratorias establecen prohibiciones de entrada que pueden extenderse por largos periodos de tiempo. Esto afectaría a quienes toman esta decisión sin la asesoría adecuada.