Redacción. Reconocida por el tango, Buenos Aires es la ciudad capital de la República Argentina, famosa por ser una de las urbes más importantes de Sudamérica.
En sus calles se concentra la mayoría de la población y de la actividad económica. Además, es el centro político de la nación, es la segunda ciudad más poblada de Sudamérica y la que tiene la mayor renta per cápita de la región.
¿Pero sabías que existe una famosa calle en honor a nuestro país en esta enorme ciudad? A continuación, Diario TIEMPO le cuenta un poco de esta popular avenida.
Se trata de la Calle República de Honduras, una zona de apartamentos y centros comerciales de Buenos Aires, que también es famosa por su naturaleza.
Está ubicada en la zona de Palermo en Buenos Aires. En la calle Honduras abundan los bares, y lugares de diseño. Es decir, es una de las calles más populares y una de las más activas del mundo. Abundan los turistas que junto a los porteños la recorren en busca de objetos originales o de un simple paseo en un día de sol.
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También, hay muchos restaurantes gourmet, donde sobresalen la calidad de sus platos que abarcan todos los tipos de cocina, ya sea de autor, étnica o internacional. Asimismo, la vida nocturna es tan concurrida como una fiesta en Ibiza. Los pubs (boliches, bares y lugares) con shows en vivo y bares temáticos le dan vida a uno de los barrios más populares de Buenos Aires.
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Inspiración de un poeta
Por la calle Honduras, en los años 40 del siglo XX, solía caminar cada tarde el poeta, escritor y genio Jorge Luis Borgés, se dice que allí se inspiró en algunas de sus obras, cuyo fragmento de una de ellas incluimos para sentar un argumento.
“Un día entre los días del año 1904, en una casa que persiste en la calle Honduras, Evaristo Carriego leía con pesar y con avidez un libro de la gesta de Charles de Baatz, señor de Artagnan. Con avidez, porque Dumas le ofrecía lo que a otros ofrecen Shakespeare o Balzac o Walt Whitman, el sabor de la plenitud de la vida; con pesar porque era joven, orgulloso, tímido y pobre, y se creía desterrado de la vida».
Paradógicamente, en Honduras no hay plazas ni parques que se llamen Honduras, mucho menos una calle.