Redacción. Cuando se habla de un auto de la marca alemana Mercedes Benz siempre se nos vienen a la cabeza unas cualidades determinadas del coche.
Puede que estas cualidades sean en realidad ‘intangibles‘, como el hecho de haber visto infinidad de veces cómo en su interior se pasean desde jefes de Estado a empresarios de éxito.
Pero hoy nos queremos centrar no en la calidad de construcción ni en la fiabilidad. Tampoco en el lujo ni en las prestaciones.
De lo que vamos a hablar es de cómo un Mercedes se siente como un coche premium en determinados aspectos que afectan a su manejo, desde lo que notas al abrir la puerta hasta los sistemas de infoentretenimiento.
Para comprobarlo tomaremos el Mercedes EQE AMG 43, una de las dos variantes más potenciadas de la nueva camioneta eléctrica. Asimismo, nos centraremos en aquello que muchas veces pasa desapercibido.
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Puertas
Hace años, sobre todo en los modelos de los años 70 y 80, las puertas de los Mercedes transmitían una alta sensación de calidad por el peso y un sonido de solidez muy metálico cada vez que las cerrábamos. La sensación de peso se mantiene, y la buena experiencia al abrir las puertas se conserva desde fuera, por donde emerge un tirador metálico cuando nos aproximamos al coche, y desde dentro, con un tirador también metálico que se percibe muy preciso.
Mandos
Un fallo imperdonable en un coche de alta gama es que alguno de los mandos que más tocan nuestras manos sea de calidad cuestionable. Y esto se nota por ejemplo en las levas, que en los coches de gama media son de plástico. En el EQE actuamos a través de ellas en los grados de regeneración (mucha, media, poca, o regeneración ‘inteligente’). Es decir, sirven en gran medida como un sustituto del pedal de freno. Y al ser metálicas transmiten mejor sensación de precisión y solidez.
Asientos
En la unidad de pruebas las butaca eran calefactables, ventiladas y con masaje. Pero además hay dos aspectos muy poco habituales. Por un lado, el lateral de los asientos se ajusta en función de las fuerzas G. Es decir, que si tomamos muy rápido una curva a izquierdas se nos ajusta el lado derecho para que no se desplace nuestro cuerpo hacia ese lado.
Y por otro lado, el ajuste eléctrico se hace mediante mandos metálicos ubicados en las puertas que en apariencia no se mueven; basta que ejerzas sobre ellos una ligera presión para que la butaca se mueva tal y como le ordenas al mando.
Iluminación interior
Aquí no hablamos ya de que se pueda elegir entre infinidad de tonos e intensidades, sino de cómo el coche nos ‘habla’ mediante estas luces. Lo que más se agradece es lo relativo a la seguridad, con luces tanto en las puertas como en el salpicadero que parpadean en rojo si vamos a salir del coche y viene un vehículo por detrás, si nos vamos saliendo del carril (peligro que puede corregir por sí solo), si el coche está empleando la frenada activa, si hay peligro de colisión que no vemos en el ángulo muerto, etc.
Dicho esto, hay que reconocer también que las salidas de ventilación retroiluminadas, que se asemejan a turbinas de avión y tiene en los laterales del salpicadero, le quedan de maravilla.
Suspensión
La suspensión neumática Airmatic con amortiguación continua ADS+ es muy particular, porque aporta un dinamismo altísimo, pero con un enorme grado de comodidad para sus ocupantes. Al final, estas suspensiones son como la ‘firma’ del coche cuando está en movimiento.
Otros aspectos
Podríamos seguir mencionando otros detalles que aportan ese toque de calidad que a veces pasa inadvertido: los materiales, lo bien insonorizado que está el sonido de rodadura e incluso comentar algo que no está tan bien conseguido, como un tacto del pedal de freno que en el EQE resulta menos esponjoso de lo acostumbrado y con un tacto algo ‘artificial’.
Pero solo con lo dicho ya tenemos bastante para que la sensación de calidad sea incuestionable.