TEGUCIGALPA, HONDURAS. La Confraternidad Evangélica de Honduras dejó su mutismo y se pronunció sobre la crisis política que acontece en todo el país.
La Confraternidad, a través de un comunicado, manifestó que no se puede negar ni ocultar la problemática sociopolítica que impera en el país. Además, de que se ha llegado a un nivel de confrontación que va más allá de opinar y disentir sobre ideologías políticas.
En el comunicado llama la atención que la Confraternidad no se refieren en ningún momento al narcotráfico. Ni sus consecuencias. Tampoco al caso de Tony Hernández.
Por esta razón, se debe trabajar en conjunto para evitar el derramamiento de sangre y conflictos mayores, aseguran en el documento.
De igual forma, la comunidad evangélica recalcó que Honduras es patria de todos. Y es el momento de hacer un alto y pensar en el bien común; esto asumiendo un compromiso de responsabilidad.
A su vez, la Iglesia está dispuesta a unirse a las iniciativas orientadas a la construcción de alternativas que nos lleven a tener a la nación que todos anhelamos.
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En deuda con Honduras
No obstante, la Iglesia detalló que ellos como organización religiosa están en deuda con el país. Y que la misma solo se puede pagar revirtiendo el proceso de descomposición social que se ha acumulado.
De tal manera, reconstruir lo que se ha destruido. Lo anterior, «es una tarea y obligación que nos corresponde a todo, un acto en el que ningún ciudadano puede ser excluido».
Seguidamente, se realizó un llamado a la clase política, empresarios, dirigentes gremiales, líderes eclesiástico. Además, a toda la sociedad en general para que juntos contribuir al bienestar común y el fortalecimiento de Honduras.
Cabe resaltar, que la Confraternidad está en contra de toda acción que produzca violencia, desestabilización y estancamiento en el progreso de la nación. Además, consideran que es el momento de buscar acuerdos que beneficien a todos, porque todos somos hondureños.
La Iglesia Católica también se pronunció
La semana anterior, obispos hondureños dieron a conocer su punto de vista sobre la realidad nacional a través del cual determinaron que “en mucho de esto son culpables los políticos que han pactado con el crimen organizado. Olvidaron que la ética les obligaba ante todo a velar por el bien común. Y no por el beneficio personal o los de su grupo”.
