Redacción. El reciente estallido de la guerra entre Israel e Irán amenaza con desatar una ola de repercusiones económicas en todo el mundo, y Honduras no es la excepción. El impacto más inmediato ya se siente en los mercados internacionales: el precio del petróleo se disparó más de un 7 %, alcanzando los 73 dólares por barril, un aumento que tendrá efectos en cascada sobre el transporte, la energía y los alimentos en el país.
El conflicto, que ha escalado a niveles críticos tras décadas de tensiones, estalló oficialmente el viernes 13 de junio de 2025. Israel lanzó ataques aéreos dentro del territorio iraní, alegando que los blancos eran instalaciones nucleares y militares.
Las explosiones sacudieron Teherán y otras ciudades importantes, y las autoridades iraníes confirmaron la muerte de al menos siete altos mandos militares y nueve científicos nucleares de alto nivel. La comunidad internacional observa con preocupación una escalada que podría desestabilizar aún más la región del Medio Oriente y agitar los mercados energéticos globales.
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Golpe directo al bolsillo hondureño
En Honduras, los efectos no tardarán en sentirse. “El precio de los combustibles es muy sensitivo, e incrementos en los precios del petróleo definitivamente se traducen en alzas de precios en los diferentes bienes y servicios que conforman tanto la canasta básica como el resto de productos que consumen los hogares hondureños”, explicó Juan Carlos Hernández, presidente del Colegio de Economistas de Honduras.
Esto significa que los ciudadanos podrían enfrentar alzas en los costos del transporte público, la distribución de productos agrícolas y manufacturados. Además, en los alimentos que consumen a diario.
Aunque el impacto en la tarifa eléctrica no será inmediato, expertos advierten que podría reflejarse hacia finales del año. Leonardo Deras, comisionado de la Comisión Reguladora de Energía Eléctrica (CREE), señaló que “podemos monitorear las empresas dedicadas a llevar el control del petróleo con unos incrementos que no van a afectar a la tarifa hondureña de inmediato, sino que tiene que diferirse probablemente hasta el último trimestre del año”.
Esto significa que las familias hondureñas podrían ver un aumento en su recibo de luz a partir de octubre o noviembre, dependiendo de la evolución del conflicto y de los precios internacionales del crudo.
Un contexto global adverso
Para el economista Claudio Salgado, este nuevo conflicto se suma a una tormenta perfecta que ya golpea a economías frágiles como la hondureña. “Estamos sufriendo los embates de las acciones que está tomando el gobierno norteamericano con una política arancelaria. También las repercusiones que siguen vigentes por la guerra entre Ucrania y Rusia”, afirmó.
La combinación de factores externos coloca a Honduras en una situación de vulnerabilidad. Sin capacidad para influir en los conflictos internacionales, el país se ve obligado a asumir las consecuencias económicas sin contar con herramientas directas para mitigarlas.
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