Redacción. La Policía Nacional confirmó este jueves que los cuerpos encontrados al pie de un acantilado en la aldea Yaguacire, en Francisco Morazán, pertenecen a los jóvenes reportados como desaparecidos cuando trabajaban instalando cable e internet en la colonia El Pedregal de la capital.
Se trata de los jóvenes Cristopher Vallejo Centeno y Mario Enrique Medina, quienes según versiones preliminares habrían sido ejecutados y luego lanzados desde la montaña hasta caer cerca del río al sur de la capital.
Las autoridades dieron con el paradero de los cuerpos en una zona de difícil acceso, luego de una ardua investigación, y se trasladaron junto con equipos antisecuestro y de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI).

Gisella Santos, portavoz de la DPI, detalló que hasta el momento continúan las investigaciones del caso. Además, señaló que se harán las respectivas autopsias para poder determinar la causa de muerte de las dos personas.
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Paralelamente, la DPI a través de la Unidad del Departamento Delitos Contra la Vida, continuarán desarrollando las diferentes líneas investigativas orientadas a poder identificar y localizar al responsable o los responsables de este hecho delictivo.
Personal de Medicina Forense ejecutó el levantamiento cadavérico sin la ayuda de equipos de rescate, pese a la dificultad de la zona. Una vez recuperados los cuerpos, en estado avanzado de descomposición, los trasladaron hasta la morgue capitalina.

Desaparición
La angustia se apoderó de los familiares de Mario Enrique Medina y Cristopher Enmanuel Vallejo, luego de que desaparecieran el pasado 3 de julio. Ambos acudieron, como parte de su jornada laboral, a realizar una instalación de fibra óptica en una residencia de esa zona. Desde entonces, no se volvió a saber de ellos.
La preocupación aumentó cuando el vehículo en el que se transportaban, con placas HDF 9315, apareció horas más tarde abandonado en la colonia Miraflores de Tegucigalpa.
Según reportes, las ventanas del automóvil estaban abiertas y no se halló rastro de los ocupantes. Tampoco se encontraron las herramientas de trabajo, lo que hace suponer que fueron robadas.
Andrea Ortega, esposa de Mario Medina, relató que tuvo la última comunicación con él en la mañana de ese lunes. Desde entonces, no volvió a recibir ninguna llamada ni mensaje.

La zona donde desaparecieron los jóvenes está considerada una de las más peligrosas de la capital, debido a la presencia de estructuras criminales como la Pandilla 18.