REDACCIÓN. Un tribunal ruso condenó a 25 años de prisión al periodista opositor al gobierno de Vladímir Kara-Murzá, por los delitos de traición y por ser un fuerte crítico del ejército de Rusia tras la invasión a Ucrania.
Además, se le impuso una multa por 400 mil rublos (más de 4 mil euros). Por otra parte, el ente de justicia también le prohibió a Kara-Murzá ejercer el periodismo por 7 años.
La Unión Europea (EU) calificó la condena como «escandalosamente severa». También, las Naciones Unidas (ONU), a través de su comisariado para los derechos humanos, ha pedido su liberación «sin demora».
Por otra parte, Alemania, Francia y Estados Unidos han condenado la sentencia, mientras el gobierno del Reino Unido ha expresado su queja al embajador ruso en Londres, porque Kara-Murzá tiene pasaporte británico.
Delitos
Al periodista de 41 años, que ya lleva un año preso, se le condenó por delitos de «alta traición», cargo que en Rusia se paga hasta con 20 años de cárcel y también de difundir información falsa sobre las operaciones del ejército ruso en Ucrania y cooperación con una ONG declarada indeseable por la justicia rusa.
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Kara-Murzá acusó al ejército de atacar zonas residenciales, hospitales y escuelas en Ucrania durante una intervención en marzo de 2022 en la Cámara de Representantes del Estado de Arizona, en EE.UU.
Piden su liberación
También, el gremio del periodismo independiente en Rusia alzó la voz a través de una carta, donde dicen que «Kara-Murzá es un auténtico patriota que en los primeros días de la guerra ya se pronunció contra la agresión rusa, pero hoy en día en Rusia abogar por la paz y el cese de la guerra es un crimen», señalan en el escrito.
También, tildaron la condena como «una vuelta a las practicas estalinistas del terror político» y llaman a las autoridades a juzgar a asesinos y criminales, y no a ciudadanos honrados y responsables.
No callará
En su última intervención, la semana pasada, Kara-Murzá aseguró que «no se arrepiente de nada» y que «ama a Rusia», según su abogada María Eismont.
Además, declaró que “sólo me culpo por una cosa y es que no logré convencer lo suficiente a mis compatriotas y políticos en países democráticos del peligro que representa el actual régimen del Kremlin para Rusia y para el mundo”.
Kara-Murzá sobrevivió dos veces a envenenamientos de los que culpó al Kremlin, rechazó los cargos de los que se le acusa y tildó la situación de persecución política.