Redacción. Tras un extenso juicio de ocho semanas, el magnate del hip-hop Sean Combs, conocido como «Diddy», fue declarado culpable este miércoles de dos cargos de transporte para participar en prostitución.
Sin embargo, la decisión de un jurado federal en Manhattan representa una victoria parcial para el artista. El veredicto no lo encontró responsable de los delitos más graves en su contra: tráfico sexual y conspiración de extorsión.
El caso, que acaparó la atención mediática, acusaba al productor de 55 años de coaccionar a mujeres para mantener relaciones sexuales no deseadas con prostitutos masculinos, con la ayuda de un equipo de empleados. De acuerdo con la Ley Mann federal, la sentencia máxima para este delito es de 10 años en prisión. Una condena significativamente menor a la posible cadena perpetua que enfrentaba.
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Argumentos contrapuestos
La fiscalía presentó a Combs como el líder de una «empresa criminal» que «usó poder, violencia y miedo para obtener lo que quería». Los fiscales alegaron que el magnate manipulaba a sus novias mediante violencia, control financiero y amenazas, obligándolas a participar en agotadoras sesiones sexuales con hombres contratados, mientras él filmaba y se masturbaba.
En contraste, la defensa de Combs argumentó que las pruebas del gobierno eran contradictorias. Si bien reconocieron que su cliente tenía problemas de violencia doméstica y consumo de drogas, insistieron en que la acusación de que era un traficante sexual o un líder criminal era «gravemente exagerada». Del mismo modo, defendieron que las mujeres eran participantes voluntarias en un estilo de vida «swinger».

El jurado, un panel racialmente diverso compuesto por ocho hombres y cuatro mujeres de Manhattan, Westchester y el Bronx, deliberó extensamente. Hace unos semanas, las autoridades desestimaron a un miembro de jurado, por respuestas inconsistentes sobre su residencia.