Redacción. Las organizaciones de mujeres en Honduras se unen para denunciar el creciente aumento de la violencia política hacia las mujeres, especialmente aquellas que ocupan cargos de liderazgo y toma de decisiones.
Estas organizaciones afirman que la violencia política obstaculiza la participación plena de las mujeres en la vida pública. Además, amenaza los progresos hacia una sociedad más igualitaria y justa. Merlin Eguigure, miembro del Movimiento Visitación Padilla, considera que la situación actual de las mujeres en la política hondureña es «condenable».
Eguigure lamentó que, en el siglo XXI, las mujeres sigan siendo las únicas perdedoras en estos procesos. En ese sentido, la activista afirma que la polarización en el país dificulta la aprobación de leyes importantes para combatir la violencia política de género.
Luego, indicó que, a pesar de que toman medidas en el Congreso Nacional para legislar sobre este tema, las disputas internas y los intereses de los partidos impiden su progreso.
Igualmente, aseguró que los líderes políticos se enfocan en sus propios intereses partidarios y no en el bienestar del país. Las mujeres se ven vulnerables a los abusos del poder y la exclusión sistemática de la política como resultado de esto.
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Un problema social
Por su parte, Dulce Davis, técnica del Centro de Estudio para la Democracia (Cespad), dijo que la violencia política hacia las mujeres afecta a toda la sociedad, no solo a quienes son víctimas directas.
Afirmó que obstaculizar la participación política de las mujeres implica obstaculizar el progreso hacia una sociedad más igualitaria y justa. Davis enfatizó que la violencia política no se limita a las elecciones.
Aunque la violencia política se exacerba durante las elecciones, las mujeres que ocupan cargos públicos, como regidoras, alcaldesas, diputadas o funcionarias gubernamentales, enfrentan violencia política de manera constante.