TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El excapitán de las Fuerzas Armadas de Honduras (FF.AA.) y candidato presidencial, Santos Orellana, emitió un comunicado en el que asegura que es inocente y se declara un preso político.
En el comunicado, el candidato a la presidencia por el Movimiento Independiente Dignidad y Esperanza (MIDE) califica su detención como ilegal.
«Fuimos objeto de detención ilegal, forzada, arbitraria, injusta, in humanos y violatoria a nuestros derechos y garantías fundamentales, este servidor y mi familia», manifiesta.
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Asimismo, asegura que debido a que él y su esposa no tienen bienes, las autoridades «se ensañaron» con su suegra.
«Las fuerzas represivas de este gobierno se ensañaron con los bienes de mi suegra doña Reina Lizzeth Bonilla Márquez«, lamenta en uno de los párrafos el excapitán.
De la misma manera Orellana asegura tener los documentos legales para justificar sus bienes. «Demostraremos la legalidad, honestidad y transparencia de los bienes familiares que nos fueron asegurados de manera temeraria como ser nuestra casa de habitación y los bienes de mi suegra«, agregó.
FFAA tiene deuda millonaria con su suegra
En uno de los párrafos, el candidato presidencial asegura que la institución militar mantiene una deuda millonaria con su suegra. Pues ella es la que les provee los alimentos a los miembros de las Fuerzas Armadas de Honduras.
«Informaremos de la deuda millonaria que dicha institución tiene con mi suegra, quien a pesar de este inmensurable atropello sigue proveyendo de alimentos», añadió.
Una vez más, Santos Orellana asegura que estos actos son producto de una venganza política «en represalia y venganza personal de JOH y su régimen institucional gubernamental dictatorial por ser el oficial que estuvo a cargo de la investigación y seguimiento de las actividades de narcotráfico y crimen organizado tanto de su hermano», asegura en el comunicado.
Acusado de lavado de activos
El 4 de noviembre, la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC) detuvo a Santos Orellana, por suponerlo responsable de lavado de activos.
Junto a Orellana, que llevaba cargada en brazos a su hija, también detuvieron a su esposa, la abogada Jennifer Bonilla.
La detención ocurrió en el Aeropuerto Internacional Toncontín hasta donde llegó la ATIC con una orden de captura en su contra. Asimismo, detuvieron a su suegra, Reina Lizzeth Bonilla Márquez.
Al excapitán y a la abogada se les acusa de lavado de activos con fondos procedentes del narcotráfico.
Al momento de la detención, el equipo del excapitán comenzó a transmitir en vivo por Facebook. En las imágenes se observa que miembros de la ATIC llegan hasta la sala de control del aeropuerto e interceptan al presidenciable. Él cuestionó su detención y comenzó a intercambiar palabras con los agentes.
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