Redacción. El periodismo hondureño perdió este lunes 18 de noviembre a una de sus voces más emblemáticas, Milton Mateo, quien dedicó más de medio siglo a informar y opinar desde diversos medios de comunicación, falleció a los 80 años.
Nacido en El Paraíso, Milton Mateo llegó a Tegucigalpa cuando apenas tenía cuatro meses de vida. Fue en la capital donde, a los 15 años, dio sus primeros pasos en el mundo del periodismo.
Gracias a una conexión familiar, comenzó trabajando en el diario El Día, redactando breves gacetillas de cumpleaños.
A partir de ahí, su talento y dedicación lo llevaron a convertirse en redactor de sucesos, lo que marcó el inicio de una carrera que lo colocaría entre los comunicadores más influyentes del país.
Entre micrófonos y letras
Milton Mateo dejó su huella en medios como Radio América y HRN. Con su hablar pausado, voz cálida y análisis certero, Mateo se ganó el respeto de sus colegas y la admiración de su audiencia.
Durante su última etapa profesional, participó en programas de opinión en HRN, donde, incluso tras su jubilación, continuaba visitando la cabina para compartir su visión sobre la actualidad nacional.
Conocido por su estilo mordaz y racional, Mateo no temía cuestionar a los funcionarios que, según él, no cumplían con su deber como servidores públicos. Este enfoque crítico lo consolidó como un referente del periodismo comprometido y honesto.
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Apasionado
Aunque dedicó su vida a la comunicación, Mateo también encontraba refugio en la pesca deportiva, una actividad que compartía con amigos y colegas. Sus escapadas a las lagunas y costas del sur del país eran momentos de desconexión y disfrute.
Sin embargo, cuando le preguntaron qué prefería entre pescar o el periodismo, su respuesta fue contundente: «El periodismo ha sido mi vida».
Un golpe fuerte
La muerte de su esposa, María Concepción Ferrera, en 2012 marcó profundamente sus últimos años. A pesar de la tristeza, Mateo continuó ejerciendo su labor con la misma entrega que lo caracterizó durante más de 50 años.
Su fallecimiento deja un vacío en la prensa nacional, pero su legado perdurará como ejemplo de ética, dedicación y amor por la verdad.