Conocido como Chabelo, fue un actor, comediante y presentador mexicano-estadounidense de televisión. Fue conductor de un programa para niños «En familia con Chabelo», que fue transmitido por la televisión durante 48 años.
Este niño perpetuo de la pantalla chica obtuvo dos récords mundiales Guinness. Como en su popular concurso de la catafixia, donde el participante ganador se enfrentaba a la encrucijada de conservar su premio obtenido o ir por más regalos de cuantía incierta, en su última mañana dominical al aire muchos televidentes pasaron de las risas a las lágrimas en menos de lo que dura una mención publicitaria.
«No me molestan las bromas sobre mi edad… como que soy un personaje antediluviano», dijo Chabelo en una entrevista.
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A continuación, algunas preguntas realizadas por Excelsior hace algunos años:
— ¿Qué te acompleja?
— De niño era gordito y sufría mucho. Pero hice bastante ejercicio y en un año crecí 25 centímetros. De ahí en adelante me propuse ser muy fuerte. Incluso llegué a ser campeón nacional welter de lucha grecorromana y un buen tackle defensivo de los Pumas de la UNAM.
Incluso en el pináculo de su vida deportiva a los 17 años estuvo a nada de competir como abanderado nacional en los Juegos Olímpicos de Helsinki de 1953. No obstante, a última hora desertó por «diferencias» económicas con un federativo que le exigía dinero a cambio de competir en lucha grecorromana por una presea olímpica.
Así acabaría su prometedora carrera deportiva. En sus primeros años en la Ciudad de México trabajó como vendedor de cigarros en el Hipódromo de las Américas y en el Parque Asturias, donde entonces jugaba el que sería su equipo favorito, el Club América.
— ¿A quién le pedirías un autógrafo?
— A nadie. Tuve una experiencia de niño muy desagradable… Y de por sí soy medio ranchero, pues me costó mucho trabajo atreverme a pedirle un autógrafo a un actor que yo admiraba: Joaquín Pardavé. Cuando supe que estaba en el Hipódromo, donde yo vendía cigarros, lo merodeé como 40 minutos y cuando me decidí a pedirle un autógrafo me dijo cosas muy desagradables… Que no lo estuviera ‘ching-molestando’. Eso me traumó.
Al igual que con la lucha, su aspiración de concluir la carrera de Medicina en la UNAM también se vio truncada por carencias económicas, por lo que tuvo que empezar a trabajar de mensajero, asistente y director de cámaras en la XEW-TV Canal 2, donde a la postre crearía a su eterno personaje y, además, conocería a otro entrañable personaje infantil que sería su mancuerna, Ramiro Gamboa, mejor conocido como El Tío Gamboín.
— ¿Qué catafixiarías de ti mismo?
— La adulación no me gusta, porque no es honesta.
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