Redacción. Los expertos creen que la implosión que sufrió el Titan en el Atlántico Norte, con cinco personas en su interior, pudo deberse a «un fallo estructural» del batiscafo.
Esta situación provocó la muerte de quienes iban a bordo por «aplastamiento instantáneo» en menos de un segundo. La acción ha sido comparada con «coger una lata de cerveza vacía y con la mano estrujarla».
En declaraciones a un medio español, Angosto expresó «sería como coger una plancha de varias toneladas y dejarla caer sobre alguien, lo chafa de inmediato». Sin embargo, puntualiza que, «dentro de la desgracia, esta sería la mejor manera de morir. Al menos murieron en menos de un segundo».
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Peor escenario
El capitán de la Armada considera «bastante peor» la posibilidad que se barajó estos días de un encallamiento del Titán en el fondo del océano, «porque hubieran fallecido en lenta agonía de frío y falta de oxígeno«.
De igual manera, el capitán considera que en el batiscafo de OceanGate falló la seguridad.
«Puede que no estuviera bien diseñado. Parece que algún elemento del casco pudo abrirse produciendo una filtración. Cuando entran 400 atmósferas de presión en contacto con una atmósfera en el interior, tiene que equilibrarse instantáneamente y la implosión no dura ni un segundo», detalló.
Fisuras
Mar Gómez, doctora en físicas, también cree que la primera hipótesis es que el sumergible tuviera «alguna fisura en el casco» que hizo que implosionara.
«La implosión es un proceso en el que un objeto se destruye cuando colapsa sobre sí mismo y es básicamente lo opuesto a la explosión, que lo que hace es expandir un volumen. En este caso se reduce el volumen y se concentra la materia y la energía», explicó.
«Si hay una rotura, por colisión con un objeto o por la apertura de una fisura en el casco, ese cambio de presión es lo que hace que colapse», comentó.
Muerte instantánea
Gómez indicó que la muerte de los cinco ocupantes ocurrieron de manera instantánea. «En fracciones de segundo porque el proceso ocurre muy rápido y de forma violenta».
Para los expertos consultados, la posibilidad de recuperar los cadáveres de los cinco ocupantes, será muy difícil si no imposible. El capitán de la Armada y experto en rescates de submarinos militares López Angosto cree que dada la brusquedad de la implosión «poco habrá para recuperar» en un fondo marino que este alto cargo de la Armada describe como «el mundo de las tinieblas», profundo, frío y oscuro.