Redacción. Mantener el maquillaje fresco y luminoso durante todo el día, especialmente en climas húmedos, puede parecer una batalla perdida.
Sin embargo, el experto en belleza Ricky Mina afirma que el secreto no está en la cantidad de productos, sino en una rutina de preparación de piel estratégica. Con un enfoque en el cuidado y la técnica, es posible lograr un look duradero que resista desde la mañana hasta la noche.
Según el experto, el primer paso es preparar un lienzo limpio y equilibrado. Esto implica una limpieza profunda y tonificación, seguida de una exfoliación suave que elimine las impurezas y las células muertas. Este paso, si se realiza con el producto adecuado para cada tipo de piel, es fundamental para que los productos de maquillaje se adhieran mejor y el acabado sea más natural.
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Hidratación focalizada
Un consejo clave es la hidratación inteligente. En lugar de aplicar una sola crema en todo el rostro, Mina sugiere usar productos específicos: una crema hidratante nutritiva en las zonas más secas para restaurar la elasticidad y una crema matificante en la zona T para controlar el brillo. Esta técnica asegura que el maquillaje se mantenga firme y fresco sin resecar la piel.
Además, el experto enfatiza la importancia de la prebase o primer, un paso que a menudo se subestima. Una prebase matificante crea una barrera protectora entre la piel y el maquillaje, minimizando los poros y las líneas finas, lo que garantiza una duración extendida del look.
Aplicación
Una vez que la piel está lista, es momento de la aplicación. Se recomienda una base de cobertura ligera y acabado luminoso, aplicada con los dedos o una brocha en capas delgadas. La idea es usar solo la cantidad necesaria para unificar el tono, dejando que la piel respire.

Para sellar el maquillaje y prolongar su duración, la clave es un polvo mineral. Aplicado suavemente con una brocha mediana, este producto fija la base sin restar luminosidad, asegurando que el rostro se mantenga impecable.
En definitiva, la filosofía que guía esta rutina es que «menos es más». Desde la cantidad de producto hasta los pasos específicos, el objetivo es preparar la piel de forma óptima para que el maquillaje no solo se vea bien al principio, sino que se mantenga así durante horas. Invertir en el cuidado de la piel y en una técnica de aplicación consciente es la mejor defensa contra la humedad y el calor.