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lunes, agosto 4, 2025

¿Te cepillas bien los dientes? Errores más comunes y cómo evitarlos

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Redacción. El cepillado dental es una práctica básica de higiene, pero su ejecución incorrecta puede comprometer no solo la salud bucal, sino también la salud general. Aunque muchas personas se cepillan los dientes a diario, una parte importante lo hace de manera inapropiada, según múltiples estudios clínicos y entidades médicas como Harvard Health Publishing, Mayo Clinic y la Cleveland Clinic.

Errores como ejercer demasiada presión, usar el cepillo equivocado o ignorar la lengua pueden conducir a consecuencias que van desde caries y enfermedades periodontales hasta afecciones sistémicas, especialmente en personas vulnerables.

Cepillarse mal es más perjudicial de lo que parece. La placa dental, una película compuesta por bacterias, se forma constantemente sobre los dientes y encías. Si no se elimina eficazmente, puede mineralizarse y convertirse en sarro, un depósito endurecido que solo puede retirarse mediante limpieza profesional. Según Harvard, esa acumulación es responsable de inflamación gingival, pérdida ósea y, eventualmente, pérdida dental. Además, puede aumentar el riesgo de infecciones que afectan al resto del cuerpo.

Cepillarse durante menos de un minuto impide una limpieza completa.

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A continuación, se detallan los errores más frecuentes al cepillarse los dientes y las recomendaciones basadas en evidencia para corregirlos:

1. Aplicar demasiada presión

Uno de los errores más extendidos es pensar que cepillar con fuerza mejora la limpieza. Sin embargo, la presión excesiva daña el esmalte y empuja las encías hacia abajo, lo que expone partes sensibles del diente.

Cómo evitarlo:
Colocar el cepillo en un ángulo de 45 grados respecto a las encías y usar movimientos suaves y circulares. No se debe “frotar” de forma horizontal. Las cerdas deben acariciar la superficie dental, no rasparla.

2. Elegir un cepillo inadecuado

El tipo de cepillo influye en la eficacia del cepillado. Las cerdas duras o un cepillo desgastado pueden lesionar las encías y no limpiar correctamente.

Cómo evitarlo:
Optar por cepillos de cerdas suaves, que eliminan la placa sin agredir el tejido. Los cepillos eléctricos pueden ser útiles, especialmente para personas con limitaciones motrices. Cambiar el cepillo cada 3-4 meses o antes si las cerdas están dobladas o abiertas.

3. Cepillarse por menos de dos minutos

La mayoría de las personas no alcanza el tiempo recomendado. Cepillados cortos suelen omitir zonas clave, como las caras internas o la línea de las encías.

Cómo evitarlo:
Cepillarse al menos dos veces al día durante dos minutos. Dividir el tiempo por cuadrantes y asegurarse de cubrir todas las superficies de cada diente: externa, interna y de masticación.

4. Omitir el uso de hilo dental

El cepillo no llega a los espacios interdentales, donde se acumulan restos de comida y bacterias. Ignorar esta parte puede llevar a caries y enfermedades en las encías.

Cómo evitarlo:
Usar hilo dental una vez al día. Si cuesta trabajo, existen portahilos o irrigadores que facilitan el proceso. Después, es recomendable enjuagar la boca para eliminar los residuos desprendidos.

5. No limpiar la lengua

La lengua acumula bacterias responsables del mal aliento y puede ser un reservorio de microorganismos perjudiciales.

Cómo evitarlo:
Cepillar suavemente la lengua o utilizar un raspador lingual específico. Esta práctica mejora el aliento y reduce la carga bacteriana.

6. Cepillarse inmediatamente tras consumir alimentos ácidos

El ácido presente en frutas cítricas, refrescos o vinagres ablanda temporalmente el esmalte. Cepillarse en ese momento puede causar más daño que beneficio.

Cómo evitarlo:
Enjuagarse con agua y esperar entre 20 y 30 minutos antes de cepillarse. Esta medida permite que la saliva neutralice los ácidos y el esmalte se recupere parcialmente, según University of Utah Health.

7. No usar pasta dental con flúor

El flúor fortalece el esmalte dental y protege contra la caries. No todas las pastas lo incluyen, especialmente las “naturales” o sin ingredientes químicos.

Cómo evitarlo:
Usar dentífricos con flúor, como recomienda MedlinePlus. Verificar en el envase que el producto contenga entre 1,000 y 1,500 ppm de fluoruro.

8. Descuidar el reemplazo del cepillo

Un cepillo en mal estado pierde efectividad. Las cerdas deformadas no limpian adecuadamente y pueden lastimar las encías.

Cómo evitarlo:
Reemplazar el cepillo cada 3 o 4 meses o antes si las cerdas están deterioradas. Si se enferma, también es conveniente cambiarlo.

9. Ignorar las necesidades especiales

Adultos mayores, personas con discapacidades o enfermedades crónicas pueden tener dificultades para mantener una higiene bucal adecuada sin asistencia.

Cómo evitarlo:
El cuidador debe adaptar el entorno, explicar los pasos y generar confianza. El método “decir-mostrar-hacer”, recomendado por el Instituto Nacional de Investigación Dental y Craneofacial, puede facilitar la cooperación.

10. No visitar al dentista regularmente

El cepillado, incluso bien hecho, no sustituye la limpieza profesional. Muchos problemas avanzan sin dolor, por lo que pueden pasar desapercibidos.

Cómo evitarlo:
Acudir al dentista cada seis meses para revisiones y limpiezas. Estas visitas permiten detectar caries incipientes, sarro acumulado, lesiones orales y ajustar la rutina de cuidado según la edad y condición médica del paciente.

Uno de los errores más comunes es pensar que aplicar más presión significa limpiar mejor.

En conclusión, cepillarse mal puede causar más daño que beneficio. Con una técnica adecuada, herramientas correctas y un enfoque integral, la higiene bucal puede transformarse en un verdadero pilar de la salud general.

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