Redacción. Ante la llegada de la Semana Santa, las hermosas y limpias calles del centro histórico de Comayagua comienzan a transformarse en auténticos lienzos de fe, color y cultura.
Como cada año, decenas de familias, jóvenes voluntarios y artistas locales se han sumado a la tradición de crear las famosas alfombras de aserrín, que son uno de los principales atractivos turísticos y espirituales de la Semana Santa en Honduras.
Desde este fin de semana, la ciudad ha comenzado la elaboración de los primeros tapices. Las alfombras, hechas a mano con aserrín teñido, flores, semillas y otros materiales naturales, adornan las calles por donde pasarán las solemnes procesiones católicas, especialmente la del Viernes Santo.
Estas obras artísticas representan pasajes bíblicos, crucifixiones, vírgenes y otros símbolos religiosos que reflejan la identidad del pueblo comayagüense.
“Es una herencia cultural que pasa de generación en generación. Para nosotros no es solo una actividad religiosa, sino también una manera de unir a la comunidad y mostrar al mundo el talento hondureño”, explicó Jorge Mejía, vecino del barrio La Caridad, mientras delineaba una cruz en tonos púrpura.
Además de su valor artístico, las alfombras representan una fuente importante de ingresos para comerciantes, artesanos y hoteles de la zona.
El proceso de creación de estas alfombras puede durar horas e incluso días, dependiendo de la complejidad de los diseños. A pesar del esfuerzo que implica, los participantes aseguran que es una muestra de devoción que vale la pena.
La tradición de las alfombras de aserrín, iniciada en 1963 por Miriam Mejía de Zapata, ha perdurado gracias al compromiso de la comunidad. La comunidad ve en esta manifestación no solo una celebración religiosa, sino también un motivo de orgullo cultural.
Celebración en Comayagua
Las familias ya han comenzado a elaborar los bocetos y plantillas, con el apoyo de la alcaldía que proporciona materiales como aserrín y anilina.
El alcalde de Comayagua, Carlos Miranda, expresó que este evento no solo resalta la fe de los habitantes, sino que ha consolidado a la ciudad como la “Capital del Turismo Religioso de Honduras”.
Cada año, entre 50 y 60 alfombras se crean, atrayendo a miles de turistas para experimentar esta singular expresión de devoción y cultura hondureña.
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El municipio de Comayagua, con sus calles coloniales, su imponente catedral y el fervor popular, ya está lista para recibir la Semana Santa, mostrando al mundo el arte como un testimonio de fe.