TEGUCIGALPA, HONDURAS. Pese a que el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP) está satisfecho con la reapertura de algunos restaurantes en Tegucigalpa, esta medida generó preocupación en parte de la población ante la posibilidad de que eso conlleve a la propagación del COVID-19.
Gabriel Molina, gerente de Empresas Sostenibles, aseguró que entiende el temor de las personas, pero explica que también deben ser comprensivos con la contraparte.
Según información del COHEP, más del 25 % de pequeños negocios «morirían» a finales de mayo, si permanecen sin ventas.
«Entiendo el discurso de miedo y pánico, pero también hay una crisis económica. Es de igual importancia salvar los empleos y las personas que dependen de un salario», detalló.
Se refirió a la labor que ha efectuado la iniciativa privada durante la emergencia sanitaria. Eso, casi dos meses desde que se tomó la medida de confinamiento.
Afirma que el sector ha sido «sumamente responsable» y se ha «detenido» con el propósito de cuidar la salud, a pesar del sacrificio que representa el cese temporal de operaciones. Sin embargo, no pueden soportar la presión más, pues las empresas están cerrando.
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La «mortalidad» de empresas ante la pandemia
Molina desveló que, según una encuesta que realizó el COHEP, para el 5 de abril el 15 % de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MIPYMES) ya habían «muerto». La proyección que tienen es que, para finales de mayo, hasta un 28 % habría cedido ante las repercusiones económicas.
En base con esos datos, dijo: «Es decir que la mortalidad de las empresas es más grande que la de COVID-19. No quiero que se malinterprete eso, pues, como sector privado, nos hemos detenido para cumplir nuestro rol de darle la prioridad a nuestro colaboradores, clientes y proveedores».
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