Redacción. A pesar de las elevadas expectativas, similares a las que rodearon al AMG C63 de cuatro cilindros, el lanzamiento del Mercedes Clase G eléctrico no ha cumplido con las proyecciones de la compañía.
Mercedes-Benz había anticipado una transición fluida de sus clientes hacia la versión electrificada, confiando en que el arraigo de la marca Geländewagen compensaría cualquier desventaja de la propulsión eléctrica.
Sin embargo, un reciente informe del periódico económico alemán Handelsblatt (requiere suscripción) revela una respuesta del mercado considerablemente desalentadora para el G580 con Tecnología EQ.
Ejecutivos de Mercedes han reconocido, sin rodeos, que el Clase G eléctrico se ha convertido en un «fracaso comercial». Un directivo anónimo, citado por Handelsblatt, expresó: «El coche está como plomo en los concesionarios; es un fracaso total». Otro gerente, también en la publicación, lo calificó como «un modelo de nicho; el volumen de ventas es muy bajo».
Las cifras respaldan la percepción: a finales de abril, casi un año después de su debut, sólo se habían vendido 1,450 unidades del G580 EQ. En marcado contraste, el Clase G tradicional, con motores de gasolina y diésel, registró aproximadamente 9,700 ventas, demostrando ser casi siete veces más popular.
Factores clave detrás del bajo rendimiento
A pesar de estos números, un portavoz de Mercedes insistió en que la marca de lujo está «en línea con nuestras cifras de ventas», aunque declinó ofrecer detalles. Pero otro ejecutivo fue más sincero: «La gente quiere un Clase G de verdad, con seis u ocho cilindros».
Varias razones explican la dificultad de venta del Clase G eléctrico. Su precio es significativamente más elevado que las variantes de combustión. Además, su practicidad se ve limitada por una carga útil máxima de solo 415 kilogramos en Europa y la ausencia de una opción de gancho de remolque, características esenciales para un todoterreno con la reputación del Clase G. S
u considerable peso (3,085 kg en Europa) y una autonomía EPA de sólo 385 kilómetros (239 millas) también son puntos débiles.
La escasa demanda del G580 EQ está forzando a Mercedes a reconsiderar sus planes para el «Little G», una versión más pequeña. Aunque se espera su lanzamiento para 2027 como vehículo eléctrico, es cada vez más probable que se ofrezca también una variante con motor de combustión, posiblemente hibridada, para ampliar su atractivo y asegurar su viabilidad comercial.