Redacción. Más de 3.5 millones de nuevos ciudadanos americanos votarán por primera vez en las elecciones de Estados Unidos, pero enfrentan medidas constitucionales que generan preocupación.
En las elecciones de noviembre, miles de ciudadanos naturalizados votarán por primera vez en estados clave como Wisconsin y Carolina del Norte.
Sin embargo, se encontrarán con nuevas propuestas en las papeletas de votación que intentan dejar en claro que solo los ciudadanos de USA pueden votar en elecciones locales y estatales, aunque ya es ilegal que los no ciudadanos lo hagan.
¿Qué medidas enfrentan los votantes naturalizados en estas elecciones 2024?
En Wisconsin y Carolina del Norte, legisladores republicanos han propuesto cambios en las constituciones estatales para reafirmar que solo los ciudadanos pueden votar.
Aunque estas medidas no cambiarían la ley actual, han generado preocupación entre los votantes naturalizados. Incluso, varias organizaciones que defienden los derechos de los inmigrantes temen que estas enmiendas puedan desanimar a los nuevos ciudadanos a participar.
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La ley ya prohíbe que los no ciudadanos voten en elecciones estatales y federales, por lo que las enmiendas no serían un cambio legal, sino una aclaración.
Quienes apoyan estas medidas dicen que son necesarias para evitar que, en el futuro, algunos lugares permitan el voto de no ciudadanos. Sin embargo, los críticos piensan que estas propuestas alimentan temores infundados sobre el fraude electoral y envían un mensaje negativo a los inmigrantes.
¿Cómo afectan estas propuestas a los nuevos ciudadanos americanos?
Roselia Navarro, quien se convirtió en ciudadana en abril de 2023, está emocionada por votar por primera vez, pero se siente incómoda al ver esta medida en la papeleta. «Siento que cuestionan mi derecho a votar», dice.
Por su parte, Halley Ji-Zhang, también recién naturalizado, está decidido a votar, especialmente después de haber enfrentado discriminación durante la pandemia.
Aunque el fraude electoral de no ciudadanos es extremadamente raro, algunas campañas políticas han utilizado este tema para reforzar medidas de «integridad electoral», lo que ha generado debates sobre si estas políticas realmente protegen el sistema electoral o si solo crean más barreras para los nuevos votantes.