Redacción. Se estima que en Francia hay cerca de 450.000 badenes y resaltos en las carreteras, pero más del 80% no cumplen las normativas actuales y son peligrosos, según un estudio de la Liga de Defensa de los Conductores.
La situación responde, en parte, a la escasez de recursos de los ayuntamientos, que no pueden hacer frente a sus reparaciones y renovaciones. Para velar por la seguridad en zonas rurales, Citroën ha lanzado un programa de renovación con el que se presta a sustituir estos reductores de velocidad bajo una novedosa campaña de publicidad exterior.
De la mano de la agencia creativa BETC Paris, la marca ha optado por patrocinar los badenes. Como explica la marca en el vídeo de la iniciativa, el coste de reparar uno de estos elementos es similar al de instalar una valla publicitaria. Esto da la oportunidad de transformar su publicidad exterior en una iniciativa de seguridad vial.
“Citroën Bumpboards” se puso en marcha el pasado febrero con la instalación en Issoire de dos badenes que incorporan el logotipo de la marca, un código QR y la frase “la movilidad del mañana empieza aquí”.
Se trata de un proyecto de largo recorrido, un programa que pretende impulsar la seguridad en pequeñas localidades del país. La marca ha establecido el 31 de diciembre de este año como fecha límite para la inscripción de los ayuntamientos interesados, y detalla los requisitos que tienen que cumplir para hacerlo.
Entre ellos, tener una población de 15.000 habitantes o menos y contar con la aprobación de todas las autoridades pertinentes. Asimismo, tener una licitación prevista o ya realizada para la intervención.
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Innovación
Citroën establece contribuirá a la financiación de un badén por municipio, que deberá ser instalado exclusivamente en calle de un solo sentido, de acuerdo a la normativa vigente. Por otra parte, la marca advierte de que cuenta con un presupuesto limitado y que se reserva el derecho a aceptar o denegar las solicitudes. Esto en función de criterios técnicos y de viabilidad.
Tras la aprobación, los resaltos los instala un proveedor de servicios certificado por los estándares CEREMA, que garantizan las dimensiones, visibilidad y señalización más adecuadas para la seguridad vial. Desde el medio francés Lagus, se afirma que cada badén cuesta 10.000 euros. Además, pesa dos toneladas y se compone de dos losas separadas para que puedan pasar bicicletas y motos sin subirse a ellos.
«En 1919, nuestro fundador, André Citroën, ya creía que las marcas de automóviles debían mejorar la seguridad vial en sus países»: así lo apostilla Federico Goyret, Director de Marketing de Citroën Francia, en el spot de la iniciativa: «Así que, en lugar de poner otro anuncio junto a la carretera, decidimos ponerlo justo encima de ella».
Con «Citroën Bumpboards», la marca francesa integra su estrategia de publicidad con su compromiso por la seguridad vial. Igualmente, refuerza su conexión con las comunidades urbanas y rurales de Francia, donde goza de un buen nivel de valoración. Más de tres cuartas partes de la población tienen una imagen positiva de Citroën, según BETC Paris.
«Cada nuevo reductor de velocidad legal hace que las carreteras sean más seguras. Además, también promueve el compromiso de Citroën de mejorar los viajes de todos los conductores», concluye Thierry Koskas, Director General de Citroën.
