Redacción. Más de 5,000 micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) han cerrado en el último año en Honduras, una cifra que enciende las alarmas en el sector empresarial y revela una crisis que combina factores económicos, sociales y de seguridad.
La extorsión, la falta de acceso a financiamiento y la ausencia de políticas públicas efectivas son, según expertos, las principales razones detrás de esta oleada de cierres, que golpea especialmente a los emprendedores más vulnerables y pone en riesgo miles de empleos en el país.
Las mipymes representan cerca del 95% del tejido empresarial del país y generan más del 70% de los empleos, según datos del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep). Su importancia para la economía hondureña es indiscutible, pero hoy atraviesan uno de sus peores momentos.
“El sector mipyme se encuentra deprimido. Muchas empresas han cerrado por extorsión y otras simplemente no encuentran financiamiento ni condiciones para formalizarse”, explicó Gabriel Molina Delgado, gerente de empresas sostenibles del Cohep.
Molina reconoce que la situación es crítica y que urge actuar. “La mipyme sufre de muchas cosas, pero uno de los temas más graves es la extorsión. Hay que trabajar en eso, se requieren medidas para lidiar con ese flagelo”, externó.
¿Qué se necesita para revertir el colapso?
El sector privado insiste en que el gobierno debe asumir un rol más activo y estratégico para evitar que la crisis de las mipymes aumente.
“El gobierno debe priorizar toda una agenda para la creación de empleo. Y para eso se necesitan seis pilares fundamentales: generar seguridad, brindar certidumbre, formar a la población, fortalecer a las empresas, invertir en educación y mejorar la infraestructura”, enumeró Molina.
Según el representante del Cohep, una de las claves está en la profesionalización y formalización de las mipymes, para que estas puedan competir no solo en el mercado local, sino incluso salir al mercado internacional.
“Justamente la estrategia busca generar un entorno en que las empresas puedan profesionalizarse, para que exista un mercado competitivo y puedan crecer”, afirmó.
En el sector formal se estima que existen alrededor de 365,000 mipymes activas, pero el número de negocios informales es incluso mayor. Esto complica los esfuerzos para intervenir con políticas públicas eficaces y medir el verdadero alcance de la crisis.
Un trabajo conjunto
Desde el Cohep se hace un llamado a la acción conjunta entre sector privado, gobierno y comunidad internacional para diseñar soluciones integrales que reactiven a las mipymes. El objetivo no es solo evitar más cierres, sino transformar el entorno en uno más justo, competitivo y estable.
“Lo más importante es trabajar en conjunto para mejorar las condiciones que generen más empresas”, dijo Molina. En un país con altos niveles de desempleo y migración forzada, salvar al sector mipyme no es solo un tema económico: es una urgencia social.
