Redacción. Un Chevrolet Camaro de 1990 salió a la luz tras permanecer más de tres décadas escondido en el sótano de una oficina. Este muscle car se conserva prácticamente como el día que salió de fábrica.
El modelo descubierto pertenece a la tercera generación Z28 IROC 1LE, uno de los deportivos más emblemáticos de la historia automotriz estadounidense. Desde su debut en 1966, el Camaro protagonizó rivalidades legendarias y produjo ediciones especiales muy codiciadas. Pocos ejemplares, sin embargo, alcanzan el nivel de conservación de este hallazgo: solo marca 9,9 kilómetros en el odómetro y nunca fue matriculado.
La historia comenzó en 1990, cuando Donald Toalston, entusiasta del modelo, leyó sobre la versión 1LE IROC Z28 en revistas como Car Craft y Super Chevy. Convencido de que era el Camaro ideal, lo adquirió en Lavery Chevrolet, un concesionario especializado en vehículos de alto rendimiento.
El coche llegó de fábrica el 4 de enero y, tras pasar por la inspección previa, Toalston retiró la calcomanía de la ventana, guardó la hoja de construcción y cuidó cada detalle. Luego lo colocó en su sótano, sobre caballetes y cubierto con una funda.
El estado del Camaro sorprende. La pintura, las llantas y todos los componentes exteriores se mantienen intactos. El interior conserva las alfombrillas del concesionario, los tapizados originales y todos los documentos en la consola central, lo que genera la sensación de estar ante un vehículo recién entregado.
El motor V8 TPI original de 5.0 litros y transmisión manual de cinco velocidades, que entregaba 190 CV, permanece sin modificaciones. Incluso los neumáticos se inflaron antes de retirarlo de los soportes para su traslado.

Traspaso
Tras el fallecimiento de Toalston, el vehículo —uno de solo 62 unidades fabricadas y apenas 34 con caja manual de cinco marchas— pasó a manos del coleccionista Jeff Makovich, reconocido por sus descubrimientos automotrices. Makovich retiró la funda después de décadas, en un momento cargado de emoción.
Para sacar el Camaro del sótano, fue necesario desmontar estanterías y despejar un largo pasillo hasta una rampa instalada años después, que permitió que el vehículo saliera al exterior por primera vez desde 1990.

Actualmente, Makovich conserva el Camaro y realiza tareas de mantenimiento como cambio de aceite y limpieza del radiador, interrumpidas por más de 30 años. La previsión de Toalston al guardarlo con tanto cuidado lo convirtió en una auténtica cápsula del tiempo.
El Camaro Z28 IROC 1LE podría convertirse pronto en una pieza central de exhibiciones y eventos automotrices en Estados Unidos, como testimonio vivo del legado del muscle car estadounidense.