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jueves, abril 18, 2024

CATRACHA EJEMPLAR| Jennifer Aplícano, desde su experiencia educa sobre qué es vivir con epilepsia

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La epilepsia es un trastorno en el que se interrumpe la actividad de las células nerviosas en el cerebro, lo que provoca convulsiones, es padecimiento que los sufren miles de personas a nivel mundial y Honduras no es la excepción.

La epilepsia puede ocurrir como resultado de un trastorno genético o una lesión cerebral adquirida, como un traumatismo o un derrame cerebral. El 10 de febrero se conmemora a el día mundial de la enfermedad.

El padecimiento no es un tema de discusión en la palestra pública, como pasa con otras como el cáncer, la diabetes y el VIH-SIDA. Sin embargo es sumamente necesario educar a la población de modo que conozcan qué es la enfermedad y qué hacer en caso de que se presente un paciente en cualquier círculo familiar o amistoso.

Esto es lo que quiere resaltar la catracha Jennifer Aplícano Flores, una estudiante de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) que padece de epilepsia. Desde su talento como actriz y su destreza en las comunicaciones quiere llevar ese mensaje a la sociedad de no estigmatizar a una persona que lo sufre.

Supo que tenía la enfermedad por una crisis

Jennifer se dio cuenta que tenía epilepsia hasta que su organismo presentó una segunda crisis, porque en la primera reaccionó con un desmayo. El día que supo que lo sufría, le explicaron que ya había presentado contracciones y expulsado espuma por su boca.

Estos síntomas ya no son de un simple desmayo, sino que es una persona que tiene epilepsia y los estudios lo comprobaron. Como cualquier persona se asustó al principio, porque negó que el diagnóstico fuese verídico.

Ella pensaba que algo que comió le había caído mal o que no se tomó una pastilla para el dolor de cabeza y eso le produjo el desmayo. En ese instante, buscó cualquier excusa para atribuirle otra responsabilidad a los desmayos, no podía creer que padecía epilepsia.

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Tanto era el miedo, que lloraba y no se tomaba su medicamento; no se cuidaba y al contrario, lo que se hizo a sí misma fue daño. Por esa razón entró en depresión y con ello llegaron los pensamientos suicidas.

«Intenté quitarme la vida porque no podía cargar con ese miedo y esa vocecita que cuando salía a la calle me decía ‘vas a convulsionar’, ‘te van a tocar o a violar cuando estés inconsciente’, ‘te van a robar tus cosas’, ‘vas a golpearte la cabeza y no volverás a despertar’, ‘no es epilepsia, son demonios’, ‘fue un proceso horroroso'», comentó Jennifer a Diario TIEMPO Digital.

Jennifer comenzó con una lucha contra sus miedos y orgullo, porque ante su familia no quería verse derrotada, peor ante la sociedad. A la vez quería contradecirlos y decirles que no lo padecía pero luego se despertaba en el suelo, porque una crisis la había derrotado.

Jennifer usa su talento de actriz

Jennifer utiliza sus redes sociales para concientizar a las personas sobre lo que significa tener epilepsia, además hace uso de sus dotes de actriz, pues es parte del grupo teatral Bambú de Tegucigalpa.

Desde su propia experiencia quiere llevar ese mensaje a la sociedad que la epilepsia no es una enfermedad que se debe estigmatizar. De igual manera, trata de educar a las personas para que, en caso de ver a alguien en una crisis, en vez de asustarse, le ayuden.

Sin embargo, Jennifer le ha tenido cierto miedo a la popularidad en las redes sociales, puesto que piensa que es una gran responsabilidad. Son miles de personas desconocidas la que la observan, pero en cierto momento se vuelven un total apoyo.

La catracha comenzó haciendo videos que no contaran nada sobre su vida y que la divirtieran un poco, pero fue en febrero de 2020 que lo decidió. Se acercaba el Día Internacional de la Lucha Contra La Epilepsia y quería ir a unas actividades de la Asociación para La Lucha Contra La Epilepsia en Honduras (ALEH) y no pudo porque sufrió un cuadro y convulsionó.

En ese momento se dijo a sí misma: «Mamita: convulsionada no derrotada«. Se maquilló y se vistió de valentía y allí hizo su primer video contando sobre cómo es llevar la vida padeciendo de epilepsia.

En ese momento comenzó todo, decidió darse a conocer por lo que es y por lo que tiene, desde entonces, sigue contando un poco de ella. A veces usa personajes, pero a la vez son sus otras personalidades.

Jennifer lleva apenas dos años llevando su mensaje positivo en redes sociales, puesto que se tardó cuatro años en procesar que tenía la enfermedad. Pero gracias a eso, hoy sus vídeos son compartidos por muchas personas y tienen muchísimo alcance.

La finalidad de los videos 

La finalidad de Jennifer al realizar sus vídeos es contagiar de positivismo a quienes siguen en el hueco de la negación, en la silla de la duda, en el rincón de señalamientos y prejuicios y sobre todo para quebrantar pensamientos suicidas de personas que están donde ella estuve.

Además, la catracha asegura que seguirá en redes sociales llevando ese mensaje a la sociedad, ¡hasta que la muerte la separe!

¿Qué significa vivir con epilepsia?

Jennifer comentó que vivir con epilepsia significa mucha responsabilidad, mucha madurez y sobre todo compromiso consigo mismo. Todo depende de ella.

La jovencita ha ido controlando sus emociones con el paso del tiempo, su desarrollo ha ido mejorando por terapias, teatro, ejercicios, técnicas para identificar mis síntomas previos a una convulsión, pero en resumen ha sido la mano de Dios que se encarga de su vida.

«Llevo una vida completamente normal y eso solo se lo debo a él», aseguró Jennifer.

Estigmas de la sociedad

Jennifer destacó que puede decir que vivir con epilepsia es una lucha y lidiar con  comentarios de algunas personas es otra lucha.

«Parte de la decisión de ocultar que padecemos de epilepsia es por la estigmatización con la que somos arropados. Lamentablemente yo lo viví, con comentarios como: ‘Hay que hacer un análisis del por qué nos pasan las cosas, ponernos a cuentas con Dios para que nos libere’. Es decir, yo era la culpable de que la epilepsia llegara a mi vida y debía pagar algún pecado. Me enfrenté a señalamientos como: ‘Por tu falta de fe, Dios no opera'», comentó la jovencita.

Jennifer cree fielmente que lo que Dios hace es perfecto, pero no acepta comentarios que lejos de ayudarla, la arrinconaron en un hueco del cual le costó salir y entender que no es la responsable de las respuestas de su cuerpo, de su cerebro.

Sin embargo, aclaró que también recibió muy buenos consejos de personas de distintas religiones que le ayudaron mucho.

Sus personajes también representan sus otras personalidades. Foto: René Figueroa.

Hay que hacer más conciencia sobre la enfermedad

En cuanto a la promoción y conciencia sobre la enfermedad, Jennifer dijo, que sí hay algunas entidades con excelentes propuestas de conciencia social, promoción de una atención adecuada, con información detallada para la prevención pero no son lo suficientemente anunciadas o respaldadas.

«Sin embargo, también creo que es importante una práctica organizativa, buscar o generar información de diferentes lados que no precisamente sean del área de medicina, el trabajo debe ser integral», agregó la catracha.

«Hay que unir diferentes áreas del conocimiento, diferentes disciplinas para llegar a más personas de formas distintas, porque hacernos escuchar. No es solamente presentarnos en los mismos espacios a las mismas personas de siempre, sino más bien, poder llegar a todos los espacios posibles, sin importar a qué se dediquen ni qué representan», aseguró.

Jennifer
A pesar de su padecimiento, Jennifer es muy feliz haciendo teatro. Foto: Onán Gutiérrez.

Recomendaciones para no estigmatizar

«Quisiera concientizar a todas las personas a que reconozcamos que somos responsables de cada frase que sale de nuestra boca, que a veces desconocemos el peso de nuestros comentarios, por ende, debemos hablar por medio de la información y la comprensión», comentó Jennifer.

Además, la jovencita explicó: «También quisiera aclarar que mi proceso en comparación con otras personas que padecen de epilepsia, puede estar menor o mayor afectada. Que mi proceso es solo mío, que cada cuerpo responde distinto, que cada tratamiento va dirigido de un especialista y un estricto control personal. Pero que sí hay algo en lo que concordamos y es en una misma lucha por sobrevenir. Sobrevivir a un nuevo estilo de vida, sobrevivir a nuevos comportamientos, retos, actitudes, nuevos cambios».

«Referirme también a las personas que no padecen de epilepsia pero que están a cargo de alguien que quizá tenga este trastorno un poco más avanzado, solidarizarme con ellas y ellos porque también son un ejemplo de lucha, y también viven la enfermedad a través de sus ojos. Decirles que aunque no lo sepan, su entrega y su lucha contagian a corazones como el mío«, dijo con emotividad.

«Y en general referirme a todas las personas que luchamos con batallas distintas, comprender que la vida es el DJ de nuestra historia y cada canción que ponga: bonita o fea, ¡HAY QUE BAILARLA!», concluyó la catracha.


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