Redacción. El reciente incendio que consumió en su totalidad ocho negocios en el centro de Tegucigalpa, incluyendo el emblemático Chinda Díaz, dejó en evidencia que, debido a la antigüedad de los edificios, los riesgos de destrucción son mayores.
El siniestro se reportó después de las 6:00 de la mañana del pasado martes y se expandió rápidamente dado que el edificio era de adobe, con techo de madera y teja; además, había materiales inflamables en su interior.
Elementos del Cuerpo de Bomberos se desplazaron de inmediato al lugar con varias tanquetas que contenían miles de litros de agua, logrando así sofocar las llamas. Pero las pérdidas fueron grandes, millonarias, y una gran historia quedó reducida a cenizas.

Los años han permitido un avance moderno en el centro de la capital. Sin embargo, muchos edificios son antiguos, preservando la historia tal como lo demanda la ley, pero a pesar de ello enfrentan una amenaza latente: la falta de hidrantes en la calle y las instalaciones eléctricas prácticamente obsoletas y vencidas.
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¿Qué hacer para evitar un nuevo incendio?
El ingeniero Benjamín Bustamante, director de Ordenamiento Territorial del Distrito Central, informó a Diario Tiempo que el centro histórico de Tegucigalpa cuenta con muchos comercios y que su permiso de operación establece que deben cumplir con medidas contra incendios.
«Los bomberos son los encargados de llevar el control de todos estos temas de seguridad en cuanto al cableado (eléctrico). En cuanto a las líneas secundarias, es la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) la que debe realizar los mantenimientos rutinarios», expresó.
Por su parte, el teniente Carlos Bonilla, portavoz del Cuerpo de Bomberos de Honduras, expresó a este mismo rotativo que la tecnología ha avanzado y ahora no se usan teléfonos fijos, pero aún así el cableado continúa en los postes, representando un peligro.

«Ese cablerío siempre quedó en los postes; quedaron esas marañas de cables que generan carga ocupacional. Es por ello que lo recomendable es hacer todo subterráneo, principalmente en el centro de la capital», agregó.
Los hidrantes
En cuanto a los hidrantes, el ingeniero Bustamante indicó que sí existen en el centro de Tegucigalpa. Pero la capital hondureña no cuenta con continuidad en el servicio las 24 horas del día, lo que provoca que no siempre llegue agua a los hidrantes.
«No existe la presión suficiente en los hidrantes, por lo que es necesario realizar correcciones o cierres de válvulas, como se hizo ayer para así mejorar el flujo de agua en cada uno de ellos», acotó.

La información del funcionario municipal fue respaldada por el teniente Bonilla, quien además comentó que, a pesar de haber hidrantes, tenerlos con presión permanente dejaría sin agua a varios sectores de la capital.
«El alcalde Jorge Aldana tiene conocimiento de esa problemática. Pero el detalle está en que si se mantiene siempre activo ese fluido de red de agua, dejaríamos a varios ciudadanos sin el vital líquido. El agua en Tegucigalpa es sectorizada y esa es la dificultad», explicó.
No obstante, Bonilla aseguró que lo que debe garantizarse es que, al momento de un incendio, se cierren las válvulas necesarias y se abran de inmediato las que abastecen los hidrantes, para actuar sin demora.

Preservación histórica
Benjamín Bustamante también contó que la Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC) está coordinando acciones con el Instituto Hondureño de Antropología e Historia para restaurar los ocho locales afectados por el pavoroso incendio, pero preservando la fachada original.
El funcionario dejó claro que no existe un plan de contingencia específico para este tipo de emergencias. No obstante, el Comité de Emergencia Municipal (Codem) es el encargado de atenderlas cuando ocurren.
Finalmente, aseguró que se están coordinando esfuerzos con diferentes instituciones para prevenir nuevas situaciones de riesgo, sobre todo en el centro histórico de la capital hondureña.

Entre tanto, el portavoz del Cuerpo de Bomberos aseveró que trabajan de la mano con la alcaldía para que el edificio afectado por el incendio ya no represente un riesgo, ni en términos de mantenimiento ni de sostenibilidad.
«Estamos haciendo una mesa de trabajo para así poder dar el mejor aporte. Esto, en conjunto con los ingenieros encargados, tanto en infraestructura como en seguridad», expresó Bonilla.
Por ahora, las causas del siniestro siguen bajo investigación. Una de las hipótesis apunta a la explosión de un chimbo de gas, lo que habría provocado que el fuego se expandiera rápidamente por los materiales inflamables en los locales afectados.

Las autoridades realizan las evaluaciones necesarias para determinar si el local podrá ser restaurado o si será necesario demolerlo y levantar uno más moderno. Lo anterior, respetando siempre los parámetros históricos del centro capitalino.